La caída del Bronx puso en evidencia el millonario negocio del microtráfico en Bogotá, no solo con los habitantes de la calle y los consumidores, sino con los turistas.
Un exhabitante del Bronx reconoció que, a diario, llegaban a ese lugar los extranjeros, en busca de drogas.
El caso del holandés que escapó de su secuestro por parte de ‘los Sayayines’ destapó aún más la polémica sobre el narcoturismo.
El narcoturismo en Bogotá se mueve a altas horas de la noche pero ahora, ante la caída del bronx, algunos extranjeros posiblemente acudirán a otros expendios de la ciudad.
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