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Ni relleno sanitario, ni minería: la cruzada por salvar el agua en Armero

Grupos ambientalistas se oponen a proyectos que, aseguran, atentan contra la riqueza hídrica de este municipio del Tolima.

El río Lagunilla, ese mismo por donde corrió la avalancha que sepultó a Armero hace 33 años, está enfermo. Así lo asegura Baronio Céspedes, un campesino ambientalista.

“Viene el agua limpia hasta el municipio del Líbano, de ahí hacia abajo ha sido envenenado con cianuro y mercurio a través de la minería legal”, sostiene.

Y para completar, él mismo lo reconoce, los químicos usados por agricultores se convierten también en otra amenaza para el agua.

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Por eso preocupa tanto en el pueblo un proyecto de acuerdo que fue aprobado por el Concejo municipal y que, según el Comité Ambiental de Armero Guayabal, le abría las puertas a la minería.

“Hablaba específicamente de autorizar minería, una actividad entre comillas lícita en Colombia, pero que tiene que cumplir cierta normatividad y en nuestro municipio ni el esquema de ordenamiento territorial avala ni tiene contemplada la minería”, afirma Elsa Perdomo, miembro del Comité Ambiental.

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El proyecto, aprobado dos veces por el Concejo, fue objetado por Carlos Alfonso Escobar, el alcalde del municipio.

Además, Un fallo reciente del Tribunal Administrativo del Tolima les dio la razón, tanto a la comunidad como a la alcaldía.

Ellos, sin embargo, temen que se pueda revivir si se cambia el uso del suelo en el esquema de ordenamiento territorial.

Para evitarlo buscan la realización de una consulta popular.

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Pero esta no sería la única amenaza a las fuentes de agua en la zona. En la parte alta de las montañas, en la vereda El Cairo, se construye un gigantesco relleno sanitario que recibirá basuras de nueve municipios de la región, 500 toneladas diarias.

“En toda esta zona se van a conformar terrazas de ubicación de basuras que van a ser prensadas y ubicadas estratégicamente para que los lixiviados se conduzcan hacia abajo”, señala Fabio Beltrán, veedor ciudadano que reitera esto pondría en peligro nacimientos de agua y fuentes hídricas.

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No entienden, entonces, como Cortolima aprobó la licencia de construcción del relleno cuando está llamada a proteger el agua.

“No se necesita ser universitario o geólogo para saber que ahí no se puede ubicar un relleno sanitario de esas magnitudes”, dice el alcalde.

Así las cosas, basuras y minería son los dolores de cabeza de esta región del norte del Tolima, considerada una de las más fértiles del país.

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