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Niños piden que abran escuela en Casanare para no arriesgar más sus vidas por ir a clase

No cuentan con internet ni con dispositivos móviles. Un centro educativo que había cerca de la vereda fue cerrado desde que inició la pandemia del COVID-19.

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Niños de los grados primero, segundo, tercero y cuarto, de varias veredas en Nunchía, en el Casanare, arriesgan su vida para asistir a clases.

No tienen internet, no cuentan con dispositivos móviles y la escuela más próxima a su vereda fue cerrada desde que inició la pandemia; su suerte académica quedó en veremos.

Una de las pequeñas afectadas es Mariana Moreno, quien tiene cinco años y con sus frágiles manos se sujeta del lomo de su caballo para asistir a la escuela.

“A las 5:30 de la mañana ya nos toca a lomo de caballo. Desde la casa gastamos una hora hasta salir a la vía marginal”, cuenta Ramiro Moreno, el presidente de la Junta de Acción Comuna (JAC) de la vereda Tacaré.

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Como ella, otra niña de seis años se enfrenta a los peligros de la montaña.

“Yo tengo una niña que me toca una hora de camino, unos caños peligrosos, y transportarlos a otra vereda cuando aquí pueden estudiar en esta escuela”, dice Maricel Chaparro, una madre de familia de Nunchía.

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La exposición al riesgo es constante. Ese es el drama de las familias que desde hace más de once años toman la ruta, por un camino agreste, para poder llevar a sus hijos a la escuela.

Ellos le piden al gobierno departamental una pronta solución a esta problemática.

La escuela que queda a pocos metros de su casa fue cerrada en 2013, estaba siendo consumida por la vegetación y una profesora, con la comunidad, decidieron recuperarla.

“Tenemos el número de niños para que nos abran nuestra escuelita nuevamente”, señaló Mariana Aquite, docente voluntaria.

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Para Andrés Fabián Medina, un estudiante, la situación es difícil: “Es duro porque no hay recursos como internet, celular, computadores para poder hacer las clases virtuales”.

El gobierno departamental revisa la petición de abrir la antigua escuela.

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“Claro que vamos a hacer el análisis, vamos a revisar la situación y los docentes deben ir a donde están los niños”, sostuvo una funcionaria.

Son 23 los niños que reciben refuerzos en varias de las materias que dejaron de ver por causa de la pandemia, eso sí, bajo estrictos protocolos de bioseguridad.

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