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No es un cuento de Gabo: Suaita, la increíble historia del pueblo que le regalaron a la Virgen

No es un cuento de Gabo: Suaita, la increíble historia del pueblo que le regalaron a la Virgen

Hace más de dos siglos, un hacendado donó sus predios para adoración. Ahora nadie paga predial y las autoridades viven en un embrollo jurídico.
La Virgen de la Candelaria no solo es la patrona de Suaita, también es la dueña real de este pueblo de 10.000 habitantes ubicado en Santander.
“Las casas que están construidas acá, están construidas en terrenos ajenos, terrenos que son de la virgen y así lo reconoce todo el pueblo”, lo dice Fernando Sarmiento, notario único de Suaita.
Parece una historia de Gabriel García Márquez, sin Remedios ni José Arcadios, pero con toda la fuerza de su realismo mágico.
“Suaita surge como un pueblo, una tierra donada por un señor de fe, un señor devoto de la virgen”, cuenta Luis Fernando Alarcón, párroco de Suaita. Ese señor se llamaba Juan Crisóstomo Echeverría.  
En junio de 1810, este hacendado formalizó ante la notaría de Suaita que le regalaba estas tierras a la Virgen de la Candelaria.
Nadie sabe por qué lo hizo, pero sí está claro que ocurrió después de una peste de viruela que mató a muchos y obligó a mudar el pueblo a la montaña. Todavía Colombia no había gritado su independencia.
Junto a Jairo Mesa, superintendente de Notariado y Registro, Noticias Caracol llegó hasta Suaita para constatar el embeleco legal de un pueblo bendito en tierra ajena.
Hasta hubo un cónclave en la notaría para rastrear las escrituras que dieron origen al enredo.
“El pueblo presenta una informalidad de más del 90%. Qué significa esto: que son propietarios porque tienen unas mejoras y no se sabe de quién es el terreno”, explica el superintendente.
O sí saben: de la virgen, por eso no pagan impuestos. "Que los pague la virgen", dicen en Suaita y se echan a reír.
“Si nos vamos hacia atrás, nos damos cuenta de las creencias, el apego de las personas, me imagino en 1810, pues era muy grande y la gente quería estar bien. Me imagino que el hacer una donación de estas se sentía que se habían ganado el cielo o el paraíso”, señala Marta Patricia Acelas Beltrán, registradora de Socorro, Santander.
Aquí casi nadie tiene títulos reales sobre sus predios. Empezando por la iglesia.
Entretanto, el alcalde Heber Augusto Suárez busca salidas jurídicas para que los ciudadanos paguen el predial que corresponde.
Y la alcaldía, ¿tiene sus títulos en orden?
“Estamos en la mitad de los terrenos que son debate hoy en día por la propiedad de la Virgen”, responde.
Lo acepta desconcertado, pero de inmediato saca un as celestial de la manga.
“Todos los suaitanos estamos convencidos de que es gracias a que la propiedad la tiene la virgen que nosotros no hemos sufrido calamidades o catástrofes”, sostiene el alcalde Suárez.  
En este pueblo tranquilo se asegura que, como patrona, la Virgen de la Candelaria jamás los desampara.
Sin embargo, los enredos legales persisten. Ciudadanos no tributan por sus predios, sino por las mejoras que les hicieron a los lotes de la virgen.
Suaita es el pueblo de Colombia con más falsa tradición de títulos, como se le denomina a este embrollo.
El problema es incluso más grave: “Colombia tiene 15.200.000 folios de matrícula inmobiliaria que identifican las propiedades de los cuales 6 millones están en falsa tradición”, finaliza el superintendente Jairo Mesa.

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