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¿Prohibición del parrillero en moto sí ayuda a reducir la delincuencia?

Los altos índices de robos que se hacen desde estos vehículos reviven la polémica sobre la medida, pero un estudio dice que este tipo de restricciones son poco efectivas.

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A diario se conocen denuncias en las que la ciudadanía se queja por los problemas de inseguridad en sus ciudades. Modalidades como el fleteo y hurtos son el pan de cada día, lo que vuelve a poner sobre la mesa la propuesta de prohibir el parrillero en moto.

Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de los Andes señala que este tipo de medidas son poco efectivas.
Según el análisis, solo el 16 por ciento de delitos contra la propiedad se comenten en moto.

“Sí es cierto que ha venido creciendo el uso de motos como medio de transporte para los criminales, tanto en hurtos como en homicidios, y por esa razón, alrededor de 25 ciudades principales del país han implementado algún tipo de restricción a motos, pero simplemente no ha existido ningún tipo de evaluación bien hecha de esas medidas y sus efectos sobre la seguridad”, explicó Michael Weintraub, docente de la Universidad de los Andes y director del estudio realizado.

El experto indicó que es importante distinguir entre tres tipos de medida: restricción a parrillero hombre, restricción a cualquier acompañante y restricción de motos por completo en algunas zonas y horarios específicos. “Miramos en nuestro estudio qué funciona, qué no funciona y por qué”, indicó el docente.

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“Analizamos seis medidas en ciudades como Barranquilla, Bogotá, Cartagena, Neiva, Soledad y lo que encontramos es que las restricciones a motos no reducen sustancialmente los delitos. De las seis medidas que estudiamos, solamente tres tienen efectos negativos, pero incluso en esos casos los efectos no son persistentes en el tiempo. Lo que hacen las medidas es desplazar o empujar el crimen hacia afuera, hacia otras partes de la ciudad”, aseguró Weintraub.

El profesor indicó además que por estas medidas recaen otros costos sobre la ciudadanía y son un distractor para la fuerza pública.

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“Ponen sobre la gente casi un impuesto regresivo, sobre las personas de estratos más bajos que dependen de sus motos para movilizarse y además es una distracción para los policías que deberían estar haciendo otras cosas, vigilando los temas de seguridad en los barrios, en vez de estar monitoreando si hay un hombre detrás de un conductor de moto”, subrayó.

El docente agregó que, además, en este momento debido a la situación delcoronavirusse debe permitir a las personas circular en sus propios vehículos.

“Encontramos que restringir la circulación de motos no tiene ningún impacto sobre la seguridad y lo que no queremos en este momento es incentivar el uso de transporte público con todo el tema de la pandemia. Deberíamos dejar que las personas circulen en sus motos, dado que su restricción no mejora las condiciones de seguridad y además ayuda con el distanciamiento físico”, aseveró.

El director del estudio señaló que los criminales lo que hacen es adaptarse, “se van a otras zonas donde no rige la medida o deciden robar, o matar de a pie o en carro”.

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Restringir la forma en la que se moviliza un criminal, no va a acabar con el crimen.
Michael Weintraub, docente de la Universidad de los Andes.

“Lo que deberíamos hacer es ver qué ha funcionado por todo el mundo en temas de seguridad ciudadana para reducir el delito, para persuadir el delito”, puntualizó.

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Finalmente, el experto detalló, según los resultados del estudio, qué medidas se deberían implementar para mejorar la seguridad enfocándose en tres aspectos: lugares de alto riesgo, personas de alto riesgo y comportamientos de alto riesgo.

“Podríamos concentrarnos en esos lugares de alto riesgo y desplegar a los policías hacia esas calles para que pasen más tiempo patrullando allá. Cuando hablamos de comportamientos de alto riesgo se trata de consumo problemático de alcohol y sustancias psicoactivas y la necesidad de tener algunas políticas de reducción de daño, consumo responsable, eliminar mercados ilegales, y cuando hablamos de personas de alto riesgo estoy pensando en quienes han salido de la cárcel, que tienen una alta probabilidad de reincidir. Necesitamos asegurar su reinserción a sus comunidades y el mercado laboral”, explicó.

Sin embargo, en varias ciudades la Policía aseguró que la medida sí funciona, a lo que el experto explicó que hay que distinguir entre la percepción de seguridad que genera el patrullero y lo que dicen las cifras de criminalidad.

“Entiendo que las autoridades sienten una presión para imponer la medida, porque la ciudadanía lo exige, pero deberíamos ser cautelosos y deberíamos tomar la mejor evidencia disponible para poder decidir si deberíamos seguir con las medidas o no”, aseguró.

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Entretanto, los motociclistas piden que no se les estigmatice.

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