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¿Qué pasó con David Ureña? Familia le pide al ELN que diga si lo secuestró

El alcalde (e) de El Charco, Nariño, está desaparecido desde abril. Con la reanudación de los diálogos entre el Gobierno y esta guerrilla, allegados tienen esperanzas de saber dónde está.

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El secuestro ha sido una práctica criminal del Ejército de Liberación Nacional (ELN)durante décadas. En Nariño hay una familia que clama por saber qué pasó con David Ureña, alcalde encargado de El Charco, quien estaría en poder de ese grupo armado.

David Ureña fue secuestrado el pasado 24 de abril mientras se movilizaba de Guapi, en el Cauca, a El Charco.

Era el alcalde encargado de ese municipio del Pacífico y desde ese momento las autoridades sospechan del ELN como responsable del delito.

"162 días sin ninguna noticia, siempre nos dicen que lo vieron, que lo mataron o que lo miraban, que lo trasladaban, pero nada con pruebas. Entonces no se toma como válida la información”, dice Carolina Ureña, hermana del alcalde desaparecido.

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Sin embargo, en el Pacífico delinquen más de 13 estructuras criminales y hasta el momento no ha habido prueba de vida alguna.

“Mi familia está devastada. Es muy duro, muy duro; nos cambió la vida totalmente y más porque uno se termina quedando solo, pero lo único que pedimos es que nos lo entreguen. No es una persona mala, nosotros no somos malos, él solo fue un encargo y eran solo dos meses los que llevaba”, agrega Carolina.

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Para la familia Ureña, el pasar de cada día es doloroso, sin ningún tipo de información.

“Cuando recién pasa pues todo el mundo lo apoya, pero a medida de que va pasando la gente empieza a perder las esperanzas y uno se va quedando sola. Ya nadie siente como uno lo siente porque es la ausencia lo que a uno lo va matando", dice la mujer.

Ante el inicio de diálogos con el ELN, y el anuncio de diferentes grupos de acogerse a la denominada paz total, nace un pequeño faro de esperanza.

“Ya tenemos una esperanza de que vamos a recibir respuesta porque el secuestro es algo que nos mata día a día, la angustia, la zozobra de saber si come, si tiene frío, si está sufriendo. Entonces eso es lo que nos mata; como sea nosotros lo queremos, si está vivo nos lo traigan de regreso”, indica también Ureña.

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