El pintor, dibujante y escultor
El gran maestro nunca le tuvo miedo a la muerte y con el pasar de los años, el pensamiento sobre su visita se hizo frecuente. “Cuando uno pasa de sus 80 años es la recta final, hay que tener presente la muerte, no es dramático. Lo único que me aterra es seguir vivo sin poder pintar”, expresó en una entrevista con Noticias Caracol en 2013.
Así hablaba Fernando Botero con Margarita Rojas, hace casi 11 años, cuando Colombia le rindió uno de los más grandes homenajes y reconocimientos. En su momento, la presentadora le preguntó si había considerado por alguna razón física o emocional la posibilidad de dejar de pintar.
“No, nunca. A mí lo único que me aterra es que me de alguna enfermedad que me impida pintar, pero yo pienso que si uno se muere de repente, pintando, me parece fantástico. Que uno esté vivo pero sin poder pintar, me parece horrible. No sé qué haría. Una vida sin pintar no la concibo”, respondió.
A sus 91 años, y cuatro meses después de que Sophia Vari, su gran amor, se fuera a la eternidad, el maestro Fernando Botero murió en Mónaco. Lina Botero, quien estuvo al lado de su padre hasta el último momento, dijo que
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Fernando Botero fue, es y será un maestro de la vida, un colombiano para el mundo por siempre y de una generosidad inigualable. Su hijo, de nombre homónimo, habló con María Lucía Fernández de su papá y de su vida al lado del artista.
De acuerdo con Fernando Botero, hijo, su padre creó la colección de arte moderno más importante de América Latina. "Es extraordinario lo que él hizo", comentó. Y es que el artista colombiano descolgó los cuadros que había en su casa y los repartió en diferentes partes del mundo.
En 2006, en la revista Diners, el maestro
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Botero se fue dos años antes de su deseo, pero dejó ante todo una verdad de apuño y es que "los pintores nunca, pero nunca, se jubilan". Paz en su tumba.