Relaciones frías entre Washington y Bogotá por cuenta del caso Santrich

En el Palacio de Nariño todavía están incómodos porque nadie les informó sobre las andanzas del exjefe guerrillero.

Hace 42 días las relaciones entre la embajada de Estados Unidos en Bogotá y el alto gobierno colombiano no fluye. Todo parece indicar que fue el caso Santrich lo que detonó este congelamiento.

Se conoció que la interlocución entre funcionarios norteamericanos y el Ministerio de Justicia es prácticamente nula y que la semana pasada, de manera inexplicable, se canceló una visita a Washington a la que estaban invitados fiscales y delegados del gobierno, que tendrían reuniones con distintas agencias norteamericanas.

A Estados Unidos le informó la oficina de asuntos internacionales de la Fiscalía sobre este súbito cancelamiento de última hora, pero no lo hizo el gobierno a través de los canales de siempre. Un staff de acompañantes y funcionarios norteamericanos se quedó esperando.

Al margen de esta ecuación diplomática, las autoridades norteamericanas continúan adelantando pesquisas sobre la posible obstrucción a la justicia que hubo en el caso Santrich. Existe un audio interceptado en el que, aparentemente, un contratista de la Unidad de Protección alerta a Jesús Santrich sobre su inminente captura:

Fabio: Me dicen que hay una vaina toda rara allí, de un operativo, de una detención para ti.

Jesús Santrich: ¿Pa’ mí?

Fabio: Sí.

Además de esta interceptación, hay otras investigaciones paralelas, pues hay indicios de que otros funcionarios de más alto nivel también estarían salpicados en un plan para torpedear el caso.

La información contenida en diez computadores y teléfonos de alta gama con datos sensibles, decomisados en cinco allanamientos simultáneos a la detención de Santrich, ya está siendo valorada por agentes federales.