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“Tenemos que contener el populismo de izquierda y derecha”: Juan Fernando Cristo

“Tenemos que contener el populismo de izquierda y derecha”: Juan Fernando Cristo

El precandidato defendió la consulta liberal, pese a aceptar quejas por su costo, y apostó que Timochenko no tiene chance en elecciones presidenciales.
¿Cómo se hace una consulta que nos vale a todos los colombianos $40 mil millones para elegir entre dos candidatos, que muchos dicen, no tienen mayor opción en las elecciones presidenciales?
Primero, creo que tenemos opción los dos. El candidato liberal una vez sea escogido, cualquiera de los dos, va a liderar una gran coalición en Colombia alrededor obviamente de defender el proceso de paz, pero de superar esta polarización en Colombia y avanzar en unos temas que están esperando los ciudadanos.
Yo creo que la preocupación del costo de la consulta puede ser totalmente válida, por eso planteé siempre que hiciéramos la consulta en marzo con las elecciones parlamentarias porque garantizaba mayor participación ciudadana y evitaba estos costos, porque se aprovechaba toda la infraestructura que se montaba para la elección del Congreso. Humberto de la Calle insistió que era mejor el 19 de noviembre. Y yo en aras de acogerme a las reglas del partido lo acepté.
Esta semana, usted protagonizó la noticia política al hacer unas denuncias muy graves sobre su jefe de partido, César Gaviria.
Yo creí y yo confié en la imparcialidad del árbitro de la consulta. Lamentablemente en las semanas de campaña lo que hemos visto es que esa imparcialidad se perdió y la sede del liberalismo colombiano no parece hoy la dirección del Partido Liberal, donde debemos caber todos, sino el comando de una campaña en particular.
Humberto de la Calle dijo aquí: ‘no descarto hacer una coalición con la izquierda y con la centroizquierda como es Sergio Fajardo, Claudia López, Jorge Robledo’, ¿usted haría lo mismo?    
Hay unos partidos afines al liberalismo colombiano que ayudaron a consolidar esta paz en Colombia, el Partido de la U y la exministra Clara López que nos acompañó en todo este propósito. Podríamos convocar alrededor del partido estas colectividades.
Ya después mirar a ver si esa coalición se amplía hacia sectores independientes y de la izquierda que están en el escenario político. El tiempo lo dirá y el avance de la campaña, pero no se puede descartar.
El Partido Liberal tiene opción de poder, va a llegar a primera vuelta y va a disputar la Presidencia de la República.
Usted está entregando esta cartilla, ¿qué son los 10 mandamientos según Cristo?
El primer propósito tiene que ser superar la polarización. Acá hay un acuerdo ya firmado y avalado. Cumplámoslo y exijámosle a FARC que lo cumpla.
Nosotros vamos a fracasar en el posconflicto si no avanzamos en la autonomía y descentralización. Es necesario avanzar hacia un país de regiones, no podemos seguir manejando todo desde Bogotá. Darle autonomía territorial a las regiones tiene que ser un propósito nacional.
Acabamos con las FARC después de la negociación, acabemos con el centralismo en Colombia porque así el país no va a funcionar y no vamos a poder tener una economía incluyente.
Segundo mandamiento liberal, tenemos que contener el populismo de izquierda y derecha. Yo creo que el liberalismo no le puede jalar a eso.
Tercero, lucha conta la corrupción, pero no con palabras, no con insultos, no con denuncias, con hechos. Mientras no hagamos una reforma política y una reforma a la justicia no vamos a combatir la corrupción con eficacia.
Tenemos que cambiar el sistema político, pero los políticos no dejan cambiarlo, sometieron a operación tortuga a la reforma política. Además, la resistencia de los magistrados que tumbaron la reforma al equilibrio de poderes que yo impulse en el Congreso y tumbaron el tribunal de aforados en la Corte Constitucional. Este país tiene pendiente esas grandes reformas.
¿Por qué FARC va a hacer política antes de pasar por la JEP?
Una primera reflexión: lanzar un candidato presidencial de la FARC no tiene ningún sentido. Estoy absolutamente seguro de que Timochenko no llega a la elección presidencial en primera vuelta. No veo un escenario propicio para una campaña de esta naturaleza.
Procesos de paz tienen un tiempo de maduración para cicatrizar heridas, para la reconciliación entre los pueblos. 
Lo que estaba previsto era que, por estos meses, septiembre y octubre, estuviera en funcionamiento la JEP, que los señores de las FARC fueran, confesaran verdad plena, garantizaran reparación a las víctimas, no repetición, accedieran a la justicia transicional y fuera un magistrado de la JEP el que impusiera la sanción y, dependiendo de esa sanción, se determinaba si podía hacer política o no. Como no hay JEP no tienen a donde acudir. Y en el acuerdo sí quedó clara la participación en política de los señores de las FARC.
Lo que debe quedarle claro a los colombianos es que el hecho que hagan política o incluso lleguen al Congreso no quiere decir que no tengan que acudir a la JEP.
¿Usted cree realmente que un señor como Iván Márquez, Carlos Antonio Lozada, cualquiera de ellos, va a dejar la camioneta blindada, la curul en el Congreso, el sueldo, para irse a desminar?
No es que quiera o no, es lo que está contemplado en el acuerdo. Es una posibilidad que dependerá del magistrado, será la JEP la que imponga la sanción.
¿A usted qué expresidente lo acompaña?
Ninguno, estoy aquí solito representando las bases liberales del partido. Yo he dicho salgamos a hacer política. Los partidos en general no volvieron a hablar con la gente, no volvieron a escuchar a la gente.
Lo que los colombianos están esperando es que les digan cuál va a ser la Colombia del futuro y no quedarnos estacionados en la polarización del pasado. ¿Vamos a seguir dividiéndonos entre Uribe y Santos? No tiene ningún sentido.                                                                                   
Algunos dicen que usted antepuso sus intereses políticos personales y se bajó del bus del gobierno cuando más lo necesitaba.  
Yo acompañé tres años al gobierno del presidente Santos. Se cumplen unos ciclos. Yo no creo que sea el salvador.
Aquí hubo un problema, se demoró mucho la negociación. Yo se lo dije a las FARC: no demoren tanto porque si la implementación llega en el momento de elecciones vienen los oportunismos políticos. 
Usted que plantea en temas económicos
“Juntos Colombia crece”, no podemos quedarnos sentados esperando que el precio del petróleo vuelva a subir porque, además, en 5 años se va acabar el petróleo en Colombia, se acaba incluso hasta la autosuficiencia del país.
No podemos quedarnos esperando que las materias primas vuelvan a crecer o los productos primarios, las exportaciones.
Tenemos que empezar a aumentar la productividad del país, aumentar la productividad de la industria. Segundo el tema de la paz, desarrollando solo el punto uno de La Habana, que no tiene nada de castrochavismo, formalizamos la propiedad de la tierra, reactivamos el campo; ahí puede haber un gran impulso.
Hacer mucho énfasis en turismo, en el sector agropecuario y en el sector agroindustrial como motores de un nuevo crecimiento de Colombia. También tenemos que hacer un gran esfuerzo todos los colombianos en que juntos derrotemos el pesimismo porque está llevando al frenazo a Colombia.
¿En qué se diferencia usted de Humberto de la Calle?
Tenemos grandes coincidencias y eso es bueno para la coherencia de los partidos. Que no volvamos esto una confrontación de dos personas totalmente distintas porque después no se puede unir el partido alrededor de unas tesis.
Hay que apostarle a la reconciliación en Colombia y la reconciliación pasa necesariamente por los derechos de las víctimas. Ahí tengo una trayectoria, un liderazgo, un compromiso que mostrar, que obviamente no tiene Humberto de la Calle.     
¿Cambiaría algo del acuerdo de paz?
Yo no me imaginó dentro de cinco años en un programa con usted hablando todavía de qué hay que revisar del acuerdo de paz.
Obviamente hubiéramos querido un acuerdo de paz, en algunos casos, seguramente más duro con las FARC. A la gente se le olvida que esto no fue un sometimiento de las FARC, fue una negociación.
Aquí la oposición fue muy hábil en hacerle ver al país que en el año 2010 las FARC estaban a punto de acabarse y que la negociación las revivió. Cuando uno ve las cifras de desmovilizados y las caletas saca la conclusión de que no estaban a punto de acabarse.
Hubo una negociación, se hicieron unas concesiones, las FARC se desmovilizaron, se desarmaron, ahora son partido político. 
Pero, existen disidencias, problemas de secuestro, persisten dificultades.
Ojo con esto, en unas zonas del país. En aquellas zonas de Colombia en donde solo existía como actor violento e ilegal las FARC y el Ejército las combatía, donde no había Clan del Golfo y ELN, Caquetá y Huila, le citó dos ejemplos, no están teniendo inconvenientes en ninguna zona del departamento con seguridad.
Hubo una falla del Gobierno en la ocupación territorial. Allí donde había ELN y Clan del Golfo, esa disputa territorial sí ha generado, por ejemplo, los asesinatos de líderes sociales que preocupan enormemente y otra serie de conflictos. Hoy el país en muchas zonas respira un clima distinto.
El país no se puede quedar pensando que el 7 de agosto de 2018 vamos a gastarnos 4 años más revisando los acuerdos de paz, que lo que hay que hacer es cumplirlos.

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