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Oscar Isaza: la historia del desarrollador portuario que vendió libros fotocopiados y ropa interior

“Si Buenaventura no genera industria y turismo, esto se acabó”, advierte desde su experiencia el presidente de Puertos, Inversiones y Obras.
Óscar Isaza es uno de los desarrolladores portuarios más grandes de Colombia. Nació en Cali en 1956, pero le debe todo a Buenaventura. Su madre era modista y su padre un maquinista de ferrocarriles nacionales del Pacífico. 
Su padre murió en 1973 y la restitución de su pensión tardó 6 años, así es que terminó estudiando Ingeniería Civil en la Universidad del Valle.
“Yo fotocopiaba libros los ponía en algunas partes a vender, vendía ropa íntima. Allí me enamoro de una niña de Buenaventura, Amparo Pinzón, y esa es la razón por la cual yo vengo a Buenaventura", cuenta.
Partió a Venezuela en 1979 a estudiar y buscar trabajo. Dormía en un sofá hasta que fue contratado por una compañía de cálculo estructural, pero decidió regresar a Colombia.
"Me fui a trabajar a un túnel. Entré de ingeniero raso a San Carlos, Antioquia. Trabajaba de 5 de la tarde a 10 de la mañana, ganaba 55 mil pesos y un día me puse pensar, de 25 años, ¿yo qué hago aquí?", relata.
Recuerda que "el jefe me botó porque no quise firmar un contrato a un contratista que no estaba cumpliendo con sus cosas. Yo me fui a llorar a una cama como si se hubiera acabado el mundo y llegó mi suegro y me dijo ‘no sea pendejo, usted por qué no toma la estación de gasolina, adminístrela y cuando tenga x plata me la paga’”.
Esa estación se llamaba Brisas del Pacífico y se convirtió en la de mayor venta de gasolina de Colombia con un millón de galones mensuales.
Fue en 1991, cuando el Estado permitió a los privados participar en el negocio de los puertos. Isaza vio una nueva oportunidad: "Salimos a buscar el dinero para poder presentarle al gobierno una propuesta de administrar el puerto. En 1994 el presidente Gaviria nos dio la concesión portuaria. Nos entregó 14 muelles, la caja registradora vacía y una nueva empresa que se llamaba Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura".
Más tarde, implementando su modelo de estructuración, se hizo socio del puerto de Caldera en Costa Rica. 
En 2003 Isaza se embarcó en la construcción de la Terminal de Contenedores de Buenaventura, de la que hoy, a través del Grupo Empresarial del Pacífico, es socio del operador portuario holandés APMT, uno de los más grandes del mundo. Juntos tienen el 94% de la terminal.
Con una capacidad de 650 mil contenedores año, la Terminal de Contenedores de Buenaventura es uno de los tres puertos de la ciudad, y de los más eficientes de América Latina. Oscar Isaza no desconoce el contraste entre el pujante negocios portuario y la realidad de Buenaventura.
"Nos ha faltado institucionalidad: cinco alcaldes en la cárcel, el narcotráfico, la violencia, los paramilitares. Tiene que darse el que se genere empleo en Buenaventura. Tenemos 1000 trabajadores ganando contrato a término indefinido. Si Buenaventura no genera industria y turismo, esto se acabó", lamenta Isaza.
Isaza espera repetir su modelo una vez más con Puerto Antioquia, ubicado en Urabá.
En la ciudad, además de su puerto, construyó el primer centro comercial con escaleras eléctricas y salas de cine 26 años después de haberse cerrado las últimas.
"El recuerdo más grato que yo tengo es que me subo en el ascensor, va un niño con otro niño y uno de los niños le dice al otro: quiero ser como Óscar Isaza. Le digo yo soy Óscar Isaza, y me dijo mentiroso. Por qué quieres ser cómo Òscar Isaza, porque quiero soñar como él. Me impactó muy duro", puntualiza.

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