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Orden público, falta de oportunidades y frágil infraestructura, causas de deserción escolar en Chocó

Durante 10 años, la educación en este departamento estuvo intervenida. Hoy, los dirigentes tienen que reducir el 3 % de deserción escolar.

A sus 16 años, una estudiante de once grado tiene incierto su futuro educativo, porque no sabe cómo pagar su carrera, lo que sí tiene claro es que anhela ser abogada.

“Es una carrera con la que se les puede ayudar a muchas personas que están en condiciones precarias. Por ejemplo, en condiciones infrahumanas o están pasando por mendicidad”, dice la estudiante.

Panorama similar vive Yusmery Asprilla, que ya es estudiante de trabajo social en la única universidad pública del Chocó.

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“A lo que más le temo ahora que termine es a no ejercer la carrera, ya que aquí se maneja mucho el desempleo”, asegura.

El semestre pasado en la UTCH de los casi 10.000 estudiantes, el 11 % desertó.

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En los colegios de Quibdó, dos de cada 100 estudiantes dejan las aulas, según cifras de la Secretaría de Educación. Las limitaciones económicas, el desplazamiento, la migración y el índice de violencia, son las mayores preocupaciones de los padres.

En casas improvisadas, Paulina Cuesta les da clases a sus estudiantes. Aquí el hacinamiento es notorio, dice que es mejor tenerlos así a que estén en la calle.

“Es un salón, donde hay 37 niños, que no es viable. Eso no es normal, pero, para verlos en la calle, prefiero apretarlos acá”, afirma.

Actualmente, hay más de 111.000 estudiantes después de diez años de intervención, aumentando la matrícula, hasta la fecha, en 1.9 %.

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Según Johanny Alberto Palacios, gobernador del Chocó, hay una deserción del 3 % debido en parte a la influencia de grupos al margen de la ley.

Chocó es junto a La Guajira, el Putumayo y el Caquetá, uno de los departamentos de Colombia con más rezago en educación. Y, como fondo, una pregunta: el tiempo perdido en las aulas, ¿quién se los devolverá?.

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