Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Riosucio, un paraíso vuelto infierno por culpa del olvido

Hay amenazas a líderes sociales, falta de servicios básicos y ausencia de una educación de calidad. ¿Dónde está el Estado?

La institución educativa ambiental Saul Sanchez Córdoba, uno de los cinco colegios de Riosucio, en el Chocó, está deteriorada: no cuenta con salas de sistemas ni laboratorios para que los 750 estudiantes.

“Todo entra por los ojos y si los pelaos ven un colegio bastante abandonado, donde no tengan un laboratorio”, se lamenta la profesora Maricela Valencia.

El colegio evidencia la pobreza extrema que tiene Riosucio y el departamento del Chocó con niveles que alcanzan un 50 por ciento.

Publicidad

Don Manuel tiene sus 76 años, 30 de ellos viviendo en esta región. Él ha visto cómo se hacen promesas que pasan sin pena y sin gloria.

“A veces se anuncian muchos proyectos, pero no llegan realmente a la parte campesina, a la comunidad”, reflexiona.

Publicidad

“A pesar de que es mayor que Bogotá 500 años de ser fundado, no hay un acueducto, no hay un alcantarillado (…) siempre la pobreza, la desnutrición de niños”, acota otro campesino.

El rio Atrato es ese fiel amigo de las penas y las alegrías de los habitantes. Karen Julieth, a sus 18 años, se multiplica entre cuidar a su pequeña de 8 meses, estudiar y todos los días visitar el afluente ante la ausencia de agua potable.

“Lavo platos, ropa y se asea uno”, dice frente a las cámaras de Noticias Caracol.

El gobierno municipal y nacional reconocen la crisis que allí se vive.

Publicidad

“Una pobreza extrema, yo creo que las herramientas que nos da el plan nacional de desarrollo van a ser muy importantes para poder atender una crisis humanitaria”, sostiene Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior.

La aspiración del gobierno es sacar a cerca de cuatro millones de colombianos de la pobreza y la pobreza extrema en el país. En Riosucio, la esperanza está puesta en esa promesa, más cuando muchos no entienden por qué siendo tan ricos en biodiversidad los azota la violencia, la corrupción y le olvido.

Publicidad

 

 

  • Publicidad