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La París Roubaix, el tercer monumento de la temporada, se verá por Caracol TV

La clásica conocida como el ‘Infierno del Norte’ tendrá como principales favoritos al eslovaco Peter Sagan y al belga Greg Van Avermaet.
Vea en vivo la París Roubaix.
La París Roubaix cita a los mejores clasicómanos para ofrecerles un lugar en su rica historia. A ella acude el Quick Step en estado de gracia, con el holandés Niki Tersptra, ganador en 2014 y reciente vencedor en Le Samyn, E3 Harelbeke y Tour de Flandes, el belga Philippe Gilbert, eterno especialista, pero sin la Roubaix en su palmarés, y el checo Zdenek Stybar para completar un potente tridente.
Los encargados de poner fin a la racha del equipo belga no serán pocos, y de mucha calidad. El campeón olímpico en Río, Van Avermaet, saldrá a defender el título de 2017, aunque esta temporada aún no ha logrado estrenarse en pruebas de prestigio.
No sucede lo mismo con el triple campeón mundial Peter Sagan (Bora), ganador de la Gante Wevelgem. El maillot arcoíris siempre entra en las quinielas cuando está sobre la ruta y la carrera por excelencia de los adoquines le quita el sueño.
Aunque los clasicómanos puros son los llamados a la gloria en el velódromo de Roubaix, un buen ramillete de esprinters optan al adoquín de oro, a ser los reyes de la "clásica de las clásicas". Entre ellos el alemán John Degenkolb, ganador en 2015, su compatriota Marcel Kittel, el francés Arnaud Demare o el noruego Alexander Kristoff, sin olvidar las opciones de hombres como el británico Geraint Thomas o el belga Sep Vanmarcke.
El Movistar probará con un equipo capitaneado por Imanol Erviti, el más experimentado sobre el pavé y con la baza de Marc Soler, el vencedor de la París Niza. Junto a ellos tomarán la salida en Compiégne Carlos Barbero, Nuno Bico, Héctor Carretero, Nelson Oliveira, Marc Soler y Jasha Sutterlin.
El ‘Infierno del Norte’ se considera la clásica de las clásicas, un monumento legendario, especial, de los que justifican toda una carrera profesional. Sus tramos adoquinados repartidos en 29 sectores completan 54,5 kilómetros sobre un total de 257,
Se trata de adoquines más rugosos que los de Flandes, por donde el traqueteo obliga a un dominio especial de la bicicleta, con un desgaste superior al normal. Eso vuelve la carrera más nerviosa, donde el combate es constante prácticamente desde su inicio.
Hasta el primer tramo (km 93) la Roubaix suele ser de pelea por entrar en la fuga inicial, lo que lanza el ritmo de la carrera. Desde esa primera sección de pavé (29, en orden inverso) hasta la 20, los adoquines no son demasiado complicados, pero todo se complica al entrar en Arenberg (19, km 162, 95 a meta).
Los 2,4 kilómetros de esta verdadera trinchera, la más famosa del recorrido, en ligera bajada, marcan la gran selección de la prueba y no permiten pasar más que en fila de a uno.
Desde ese punto la carrera encadena los sectores más difíciles de transitar. Marcaran la clave los pasos por Mons-en-Pévèle (tramo 11, 49 a meta), por sus tres larguísimos kilómetros de piso muy complicado, y la larga combinación de Camphin-en-Pévèle (5) con Carrefour de l'Arbre (4), escenario de los ataques por la victoria por su estratégica posición a menos de 20 del final.
Aun así, en cualquier punto del recorrido hasta el mítico Velódromo, por un pinchazo, una caída o un movimiento inesperado, puede decidirse la suerte de esta carrera de otro tiempo.

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