Kenny Atkinson, de los Brooklyn Nets de la NBA, es el protagonista de la curiosa imagen que se volvió viral en el mundo del deporte.
Sucedió en el juego en el que los Nets derrotaron a los Houston Rockets, cuando Atkinson se metió un dedo en la oreja y luego se frotó la cera que sacó sobre los labios.
El entrenador pensó que nadie lo estaba viendo, pero su desagradable gesto le dio la vuelta al mundo.