Advertisement

Advertisement

Advertisement

Advertisement

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Advertisement

Dos familias transformaron un taller de confecciones en una importante exportadora de jeans del país

En su planta, ubicada en el municipio antioqueño de La Estrella, C.I. Jeans fabrica diariamente 25 mil ejemplares para las principales marcas del mundo.
En una planta de treinta mil metros cuadrados, tres mil empleados trabajan diariamente para seguir posicionando esta empresa familiar en el mayor exportador de la industria textil en Colombia.
“C.I. Jeans creció muy rápido. Nunca pensamos que fuéramos a ser tan grandes”, asegura Santiago Navarro, fundador.
Al mando del barco están Santiago y Lorraine Gómez, la viuda de Carlos Londoño, uno de los amigos con quien Navarro inició el negocio en 1993. Para entonces, la empresa Caribú había cerrado su maquila. Navarro y sus socios decidieron quedarse con sus instalaciones y revivir el negocio.
“Nos garantizaban el contrato que tenían de la maquila con el exterior. Nos entusiasmamos, hicimos cuentas y la compramos”, recuerda Navarro.
“Mi esposo quería trabajar con las confecciones, buscó a Santiago. Mi papá inclusive le dijo, ‘te vas a meter en una empresa de confecciones si las confecciones están quebradas’. ‘Cómo se te ocurre hacer eso’. Y yo confiaba de que él iba a sacar esto adelante porque era un hombre muy emprendedor. Inclusive él tampoco sabía nada”, cuenta Gómez.
Apenas un año después Jorge Toro, uno de los tres socios fundadores, se retiró de la sociedad por el riesgo que le supuso una carta de crédito de medio millón de dólares para darle viabilidad a la empresa.
Navarro se inició en el mundo textil en la antigua Confecciones El Cid. Después trabajó en Almacenes Éxito, donde inició Didetexco, la unidad textil del grupo antioqueño. 
“Tuve la oportunidad de asociarme con unos distribuidores de textiles de Coltejer, con ellos adquirí una experiencia muy importante”, resalta.
Santiago Navarro y Carlos Londoño compartieron la administración de C.I. Jeans por un par años hasta que éste último falleció, en el primer accidente aéreo que pondría a prueba a la gerencia de la compañía. Ocurrió en la Ciénaga de Ayapel.
Navarro siguió adelante con la compañía conservado la participación accionaria de su amigo, ahora a la cabeza de su esposa, Lorraine.
La empresa empezó un proceso de crecimiento acelerado y Navarro se apoyó en pequeños talleres de confección que eran de propiedad de su familia.
“En los primeros 6 meses hacíamos 17 mil prendas. Llegamos a hacer 32 o 34 mil prendas diarias”, recuerda.
Con un negocio en camino hacia la consolidación, Santiago Navarro entregó la gerencia de C.I. Jeans a Juan Gilberto Moreno, quien logró competir de frente con los grandes maquiladores centroamericanos. Pero el destino volvió a jugarles otra pasada: Moreno falleció cuando el helicóptero en el que viajaba se precipitó a tierra en febrero de 2006.
“Conseguir quien supiera de este negocio para que nos lo manejara. Y la verdad es que el empelado más antiguo nuestro es el doctor Andrés Berdugo, y lo nombramos gerente de este negocio y lo ha hecho perfectamente”, señala.
En su complejo, que cuenta con una planta de tratamiento de gran tamaño que mitiga el impacto ambiental, C.I. Jeans hace paquete completo; lo que en la industria de las confecciones significa, desde el diseño, hasta la entrega del producto terminado a sus clientes. También produce su propia marca de pantalones, que vende a través de su red de tiendas.
“Nos hemos preocupado mucho por la calidad, creo eso es lo que ha hecho que los clientes nos busquen”, afirma Lorraine, quien añade que “el secreto estuvo en tener muy buena comunicación con ellos. En 4 o 5 años nos dieron la confianza que necesitábamos”.
Pero, ¿cómo se imaginan Lorraine Gómez y Santiago Navarro su compañía en el futuro?
“Incluyendo a los hijos en la administración del negocio para que aprendan de él y continúen con esto”, finaliza diciendo Santiago.
Más sobre Los que hacen empresa:
A sus 99 años, dueño de la empresa de electrodomésticos más importante de Colombia sigue trabajando La historia de Azúcar Manuelita, el ingenio que impulsó el desarrollo del Valle del Cauca Super de Alimentos: así pasó una receta familiar a facturar $300 mil millones al año

  • Advertisement