Doña Lorenza recibió al papa en su casa con el mismo amor que alimenta a niños de escasos recursos

Su humilde hogar sirvió como enfermería para curar la herida del rostro de Francisco. Así fue el emotivo encuentro.

Después del percance que sufrió el papa a bordo del papamóvil, donde por culpa de una frenada imprevista tuvo un golpe en el pómulo y la ceja, doña Lorenza lo recibió en su hogar en el barrio San Francisco.

Esta fue la reacción del papa:

“Me metieron una piñada”: papa bromea tras golpe que se dio en... El golpe no se interpuso entre la cita de Francisco con doña Lorenza Pérez. Con un poco de sangre y una hinchazón en su pómulo, el obispo de Roma siguió su camino hacia la humilde vivienda que sirve como restaurante para más de 80 niños de escasos recursos.

“No había agua oxigenada, fueron a la droguería y la compraron”, narró Lorenzo al tiempo que sostenía una toalla en la mano con la que limpiaron las heridas del santo padre.

“Bendito sea el momento en que usted llegó a esta humilde vivienda”, fue la frase de recibimiento, aunque el invitado de honor señaló que no había hecho mucho para tal distinción.

“Lorenza, usted vale mucho. Me dio un beso en la frente y uno en la mejilla”, es lo que más recuerda esta mujer, que sin esperar nada a cambio y con ayuda de otros samaritanos, garantizan que a niños de bajos recursos no les falte un plato de comida.