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Que jamás se repita, el mensaje de las víctimas de Bojayá al papa y a Colombia

Que jamás se repita, el mensaje de las víctimas de Bojayá al papa y a Colombia

A punta de cantos, las mujeres le han hecho el quite a la tristeza y al dolor todos estos años. Hoy las emociona poderle contar su historia al pontífice.

Las cantaoras de Bojayá están roncas de tanto cantarle a sus muertos.

Tienen tanto sufrimiento encima como muertos han despedido, y a punta de cariño y sentido del humor le han hecho el quite a los dolores del alma.

“¿Y cómo calientan la voz? Nos calentamos a punta de aguardientico, así calentamos la voz y así no nos desafinamos”, dice Bernardina.

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Hacen parte del grupo de víctimas de todo el país, que estará en Villavicencio junto al papa Francisco.

“Es una felicidad grande verle la cara personalmente. Eso me tiene muy emocionada”, recalca Flora Rosa.

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“¿Qué le va a pedir al papa? que me eche la bendición por haber salido del cementerio. Yo fui una lesionada del dos de mayo”, agrega.

Aquel dos de mayo; aquel día en el que su historia se partió en dos. El mundo se enteró de que Bojayá existía,  pero sus habitantes llevaban años pasando amarguras.

“Desde el 97 se vivieron masacres, torturas, confinamiento, bloqueos económicos, incluso violaciones a mujeres, picadas de cuerpos. Y hasta el 2002 el mundo entero supo lo que estaba pasando”, dice Leyner.

Leyner Palacios es legendario en estas tierras. El presidente Santos lo invitó a la entrega del premio Nobel, a la firma de la paz en Cartagena. Es el rostro, la voz, de las 79 personas que murieron ese día. Pero sobretodo de los que sobrevivieron para contarlo y para pedir que jamás se repita. Jamás. Ese será su mensaje al papa Francisco.

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“Si multiplicamos el dolor, la rabia, el rencor, lo modelos de victimización pues hacemos de este país un infierno”, dice Leyner.

Bojayá es un municipio chocoano, lluvioso, a 3 horas de Quibdó en lancha. Su cabecera principal era la vieja Bellavista.

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Después de la tragedia, reubicaron la población en el nuevo Bellavista.

Cristo de Bojayá, testigo de la peor masacre del país, será bendecido... “Es muy bonito, aquí la gente se ha venido acoplando, se han venido arreglando las calles, las casas, la gente está muy contenta”, dice el líder de esta comunidad.

Es un lugar esperanzador donde la paz se asoma, pero no se queda...

Pero, por lo menos, hoy duermen mejor que antes.

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Tranquilidad es lo que quieren. Morir de viejos y no de guerra. Este jueves, Leyner, Coca, Bernardina, Máxima, Luz Marina, doña Ereiza, doña Flora y Delmiro estarán con su santidad.

Le contarán algo de lo que han vivido y le cantarán.

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