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¿Se metería usted de sacerdote o monja? Este es el panorama de las vocaciones en Colombia

¿Se metería usted de sacerdote o monja? Este es el panorama de las vocaciones en Colombia

Los jóvenes, protagonistas de la visita del papa Francisco, parecen cada vez menos dispuestos a ser célibes y entrar a un seminario o convento. Vea por qué.

Gustavo Nieto, aparentemente, lo tenía todo: un futuro en Argentina, una buena carrera y hasta una estabilidad emocional. Un día, sin embargo, sintió el llamado, empacó maletas, dejó atrás los lujos y se devolvió a Colombia.

"Todo había sido para mí, tener un trabajo, tener plata, tener y tener, pero no ni ser ni entregar. Ahí es cuando me hago la pregunta: qué puedo dar", relata. 

Se entregó, entonces, a Dios: entró al Seminario Mayor de Bogotá y se comprometió a llevar una vida célibe, de obediencia y sin riquezas. ¿Un sacrificio? "No es un sacrificio, no es una represión, tampoco es una cohibición. No hay un solo camino para amar y este es otro de los caminos para amar, que es brindarse por medio de una vocación sacerdotal", responde. 

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Pero, ¿cuántos jóvenes están dispuestos a hacer lo que hizo Gustavo? En algunas regiones del mundo hay una crisis de vocaciones y Colombia, un país tradicionalmente católico, también la siente.

"Este cambio cultural, el secularismo y el relativismo, nos ha llevado a tener una disminución de vocaciones considerable", admite el padre Juan Álvaro Zapata, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal.

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En el país hay 2.250 seminaristas, en 130 seminarios, una cifra que parece alta, pero que preocupa, pues antes era mayor.

Zapata explica que, en parte, este panorama se debe a que “hoy para entrar a un seminario o casa religiosa es bastante estricto. Las puertas se han cerrado para que el sacerdote que salga mañana sea realmente idóneo". Según la Iglesia, también hay escasez de vocaciones porque las familias tienen ahora menos hijos  y no están dispuestas a que se vayan de sacerdotes o monjas.

Para el padre Leonardo Cárdenas, rector del Seminario Mayor, también hay otras explicaciones. “No podemos ser ingenuos, no podemos cerrar los ojos, es indiscutible que tantas situaciones en las que se han visto comprometidos sacerdotes han hecho mella", dice.

Antioquia sigue siendo la región con más vocaciones, seguida por Pasto e Ipiales. Últimamente sobresalen Barranquilla y Valledupar. Por el contrario, en Bogotá y otras capitales el número va en caída.

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Jacqueline Matayana, durante más de dos décadas, usó hábito. "Me comprometí con Dios, me comprometí a servirle, a amarlo y a que otros lo conocieran", recuerda.

Pero un día se cansó, no de sus creencias, sino de su congregación. Tenía 40 años cuando dijo "no más".

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"Llego a un sitio donde parte de mi opción (...) se me es transformado por dedicarme a una obra, a sostener económicamente un lugar", indica. 

Y es que la crisis se evidencia, sobre todo, en las mujeres. Hay conventos que tienen pocas o ninguna joven. Es obvio, dicen expertos, porque ellas, a diferencia de otros tiempos, hoy deciden sobre su espiritualidad y sexualidad.

"Son muy pocos los jóvenes que están dispuestos a optar por el celibato. Eso está haciendo que muchos católicos, que creen que tienen la vocación, duden de dedicar su vida al servicio", explica William Beltrán, experto en temas religiosos.

La Iglesia, sin embargo, cree que siempre habrá jóvenes como Gustavo, a quienes la vida consagrada les suena bastante bien.

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