Los vendedores de la plaza de mercado de Sandoná, Nariño, denuncian que trabajan en un peligro constante por el vecino que tienen, una bomba de gasolina.
También dicen que el lote donde los reubicaron es reducido y están hacinados.
Desde Bogotá, un conductor denuncia que lo impusieron una fotomulta en una calle donde hay dos señales de tránsito con velocidad distinta y compradores de apartamentos en Fontibón reclaman que se termine con la construcción de un proyecto que inició hace tres años.