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"Un buen sistema de salud es un potente instrumento de paz": reflexiones del médico Saúl Franco

El doctor en salud pública, alumno y amigo de Héctor Abad Gómez, ha dedicado su vida a estudiar y trabajar la relación entre la violencia y el bienestar físico y mental de los colombianos.

"Un buen sistema de salud es un potente instrumento de paz": reflexiones del médico Saúl Franco

Colombia ha vivido un largo conflicto armado que así no se crea impacta en la salud y afecta a todos. El doctor Saúl Franco hombre ha dedicado su vida a estudiar y trabajar en esa relación entre violencia, salud, guerra, conflicto armado y paz. Hoy comparte algunas de sus reflexiones.

Doctora Fernanda Hernández: Dr. Franco, usted es médico, es salubrista, en este momento es Comisionado de la Verdad, quisiera invitarlo a que nos devolvamos un poquito en el tiempo a la Facultad de Medicina y de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, porque usted fue alumno y amigo de un salubrista pionero y que muchos colombianos están conociendo en este momento por la película 'El olvido que seremos', el doctor Héctor Abad Gómez. Comparta con nosotros un poco de esa relación personal y profesional.

Dr. Franco: Muchísimas gracias por esta pregunta que me devuelven el tiempo y me conmueve, y me toca mucho porque realmente yo tuve la suerte de ser uno de los alumnos del Dr. Héctor Abad. Luego fuimos compañeros de trabajo y creo que tuvimos un nivel de amistad y de mutuo aprecio y respeto y, fuera de eso, con la muerte de él yo tuve que salir al exilio. De manera que hay una relación fuerte, larga y muy significativa para mí. Yo antes de entrar a la facultad de Medicina, ya sabía de la existencia del Dr. Abad. Que él era un personaje en Antioquia, estamos hablando de la mitad de la década del sesenta, el doctor Abad había luchado persistente y largamente por las cuestiones básicas de salud pública en el departamento y en el país. De hecho, como la película lo señala, él fue uno de los pioneros de la vacunación en Colombia, pero además era un luchador porque la gente tuviera agua limpia, porque tomará leche de buena calidad, porque nadie se acostara con hambre, porque la gente viviera en unas condiciones dignas, que las casas no fueran pues con piso de tierra, como siguen estando en tantas partes, y él no solamente hablaba de eso. Él trabajaba en eso.

Y, finalmente, ya él entró de fondo en la defensa de los derechos humanos. Fue presidente del Comité Departamental, con un valor muy grande, y fue en ese momento cuando ya decidieron asesinarlo a él, pero no solo a él, a él y a otra cantidad de compañeros.

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Doctora Fernanda Hernández: El exilio con el dolor, con el desarraigo que trae, de alguna forma le abre otras puertas desde lo académico, desde la investigación, desde lo laboral, cuéntenos qué pasa.

Dr. Franco: Ahí sí me cambió mucho en la vida porque hasta ahí yo era un investigador de malaria. Para mí eso fue como en la señal que la vida me dio de que cambiara de tema y, efectivamente, yo dije bueno, debo empezar a pensar este tema de la violencia y la salud Abad. Había hecho ya un congreso sobre violencia y salud y dije 'este es el camino' y empecé a trabajar este tema y te digo que hasta hoy porque yo creo que estoy ahora en la Comisión de la Verdad en parte por esos treinta años de trabajo sobre la relación violencia, salud, conflicto armado, guerra, salud y paz.

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Doctora Fernanda Hernández: Dr. Franco, y desde la Comisión de la Verdad cuáles son las conclusiones hoy del impacto del conflicto en la salud de los colombianos.

Dr. Franco: Este conflicto nos ha costado en Colombia muchas muertes, no hay una cifra y yo creo que en la Comisión lo esencial no es que nos comprometamos con una cifra, pero sí son muchos, miles de muertos, centenares de miles de muertos que hemos perdido porque esta confrontación armada, pero a más de perder la vida física y que te asesinen, es que hay una cantidad de desaparecidos, que ni siquiera sabemos si están vivos o están muertos. Es que si uno ve el dolor de esas mamás buscando esos hermanos o de esas esposas o de esos hijos buscándolo. Eso es un desespero terrible y con el secuestro pasa lo mismo, produce el efecto directo y una cantidad de efectos indirectos en la familia, en el entorno laboral amistoso, político, con una cantidad de consecuencias en el sueño, en el apetito en la tranquilidad para vivir diariamente y eso necesariamente, o con demasiada frecuencia, se convierte también en problemas físicos.

Pero, además, el conflicto le ha producido al sector salud un daño tremendamente grande, porque es que la cantidad de recursos que el sector salud ha tenido que asignar atender víctimas de violencia, tanto las víctimas directas como los heridos, los discapacitados, los que han perdido sus miembros, etc.

Pero, además de estos costos es que el sector salud ya ha tocado también poner una cuota grande, o sea, estamos ahora registrando en la cantidad de personal de salud promotora rurales auxiliares de enfermería, médicos, bacteriólogas, odontólogos de las distintas profesiones de la salud que han muerto por el conflicto o que fueron amenazados por el conflicto o que tuvieron que salir del país por el conflicto. En eso hay una cantidad muy grande y otras cosas, ya digamos que son digamos de un nivel de barbarie muy grande.

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En la Comisión identificamos ya, entre 1995 y 2000, 16.104 pacientes civiles y 14.000 pertenecientes a grupos armados que fueron asesinados en instalaciones de salud o en ambulancias 104 personas.

No hay duda de que hay una afectación muy grave de la salud física y mental de la pérdida de vidas humanas, grandísima, y del deterioro de la calidad de vida, yo, diría que casi todos los colombianos y colombianas.

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Doctora Fernanda Hernández: Dr. Franco, en cuanto esta realidad tan dolorosa, ¿cómo puede nuestro sistema de salud aportar a esas salidas y a esas soluciones?

Dr. Franco: Yo creo que un buen sistema de salud es un instrumento muy potente de paz. Un sistema de salud, que parta de reconocer la compleja realidad nacional, estas inequidades tan grandes que hay estas diferencias regionales que hay y estas diferencias étnicas, tan grandes que hay si somos capaces de construir un modelo de salud, que mire a eso, y que se proponga, como base superar esas inequidades y crear unas condiciones básicas de bienestar, yo creo que eso sería un aporte sustantivo a la cuestión de la paz yo he escrito que sin paz no hay salud y sin salud, no hay paz y parte de la salud es el sistema de salud.

Doctora Fernanda Hernández: Precisamente, nuestro sistema de salud tiene unos diagnósticos ya muy claros y también unas propuestas muy claras. ¿Por qué no ha sido posible dar ese paso, esos hechos que le den un tratamiento adecuado que piensa usted?

Dr. Franco: Yo creo que más allá de las diferencias de enfoques, es una diferencia de intereses y que nunca el interés de la mayoría de la población ha alcanzado a primar sobre algunos sectores muy fuertes, porque aquí tú sabes que lo que está de por medio son muchos billones de pesos.

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Pero también hay que decir, creo, que a veces en la sociedad nos falta como tener más conciencia de estas cosas y ser capaz de reclamar con mayor fuerza, con mayor valor. La salud no sea una causa colectiva, que tenga una capacidad de movilización colectiva va a ser muy difícil que se pueda hacer digamos ese ajuste de intereses que conduzca finalmente a que se produzcan sistemas de salud más más universales, más equitativos con una presencia más fuerte del estado y con una alta eficiencia y calidad.

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Doctora Fernanda Hernández: Antes de terminar, tengo que preguntarle por el COVID, por esta pandemia. Además, porque usted lo vivió en carne propia, incluso usted escribió una crónica, ‘Mi vivencia con COVID-19’, comparta con nosotros algunas reflexiones

Dr. Franco: Yo creo que esta sensación de incertidumbre que nos ha dado la pandemia es muy importante. Yo te digo que, para mí, digamos esto, es entender que cada día nuevo de vida es un milagro. Entonces toda esta reflexión del valor de la vida, de mi vida, de la vida de cada ser de cada ser humano, que es supremamente importante, yo creo que esta pandemia nos está dejando lecciones muy grandes que ojalá las asimilemos.