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El Gordo Benjumea, un niño indisciplinado que se convirtió en un grande de la televisión

Carlos Julio no solo fue protagonista de curiosas historias en el teatro, la televisión y el cine, también en la vida real. Aquí algunas.

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Carlos Julio El Gordo Benjumea, uno de los actores más reconocidos e importantes de la televisión colombiana,murió el jueves 13 de mayo a los 80 años, pero el legado de este grande de la dramaturgia será eterno.

Era una joyita en su niñez, pasó por 15 colegios y fue tan indisciplinado que su mamá, al no aguantárselo, falsificó sus papeles y lo mandó a los 14 años al Ejército.

Luego, El Gordo Benjumea enfocó esa energía en la dramaturgia, su maestro Víctor Mallarino papá lo recibió durante cuatro años en la Escuela Nacional de Teatro, en donde estudió al lado de Gustavo Angarita y Consuelo Luzardo.

(El Gordo Benjumea: perfil de un gigante de la televisión colombiana)

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En sus épocas de teatro, Benjumea libró una dura batalla para dejar el cigarrillo, vicio que inició a los 10 años y dejó a los 34.

Al entrar a trabajar en televisión más que amigo, se volvió un hermano del recordado Fernando González Pacheco. Fueron socios de Coestrellas.

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Carlos fue el dueño de La casa del Gordo, un lugar creado a su medida en los 70. Buena apuesta en escena, deliciosa comida. El plan ideal para las noches capitalinas.

Su popularidad fue subiendo con su peso, llegó a pesar casi 170 kilos y dijo: ‘O hacer de la gordura un punto de angustia o de diversión’ y se inclinó por esto último, pero llegó el momento en el que le toco estar alerta por la diabetes.

(Las enfermedades que aquejaban a El gordo Benjume)

Fue sometido a trasplante de riñón y, desde entonces, empezó su pesadilla: la rutina durante varios años sometido a tratamiento de diálisis.

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