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Murió Quino, el papá de Mafalda

Joaquín Salvador Lavado Tejón falleció justo un día después de que su más célebre creación, la niña que odia la sopa, cumpliera 56 años.

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Quino, Joaquín Salvador Lavado Tejón, creador de Mafalda, murió a los 88 años, según confirmó este miércoles su editor, Daniel Divinsky.

“Toda la gente buena en el país y en el mundo lo llorará”, expresó.

Quino, nacido en Argentina, es uno de los caricaturistas más famosos y talentosos del mundo.

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El artista falleció un día después de que Mafalda cumpliera 56 años desde su primera aparición en una tira cómica (29 de septiembre de 1964).

mafalda quino_afp
Mafalda en el metro de Buenos Aires.
DANIEL GARCIA/AFP

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Hijo de españoles y poseedor de galardones como el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y la Medalla de la Orden y las Letras de Francia, el caricaturista desarrolló las aventuras de su personaje más popular entre 1964 a 1973, aunque las historias de la icónica niña se han replicado en todo el mundo hasta la actualidad.

Desde hace unos años, el autor, que se había mudado a Mendoza desde Buenos Aires a finales de 2017 tras quedarse viudo, sufría problemas de salud, aunque siguió asistiendo a diversos homenajes a su obra.

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Historia de un genio

Heredero -según él mismo decía-, del carácter trágico y el humor negro de los andaluces, de donde procedían sus padres, adquirió notoriedad gracias al personaje de Mafalda que creó poco después de que una compañía de electrodomésticos le encargara una publicidad con un personaje que comenzara con "M", la inicial de Mansfield, que no llegó nunca a publicarse por el fracaso de la firma.

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Quino nació en Mendoza el 17 de julio de 1932, año en el que sus padres españoles llegaron a Argentina. En 1945 comenzó a estudiar dibujo en la Escuela de Bellas Artes de aquella ciudad, pero cuatro años después los abandonó al decantarse por el mundo gráfico y la historieta.

En 1954 se trasladó a Buenos Aires, donde consiguió publicar su primera página de humor gráfico en el semanario Esto es. A partir de 1957 publicó regularmente en medios como Rico Tipo, Dr. Merengue o Tía Vicenta y también en ilustraciones de campañas publicitarias.

Quino expuso por primera vez en Buenos Aires en 1962 y un año después publicó su primer libro de humor, ‘Mundo Quino’, una recopilación de sus dibujos.

Mafalda apareció por primera vez en Gregorio, el suplemento de humor de la revista Leoplán, el 29 de septiembre de 1964 para pasar a publicarse regularmente en el semanal Primera Plana de Buenos Aires.

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Aquella tira con las aventuras de Mafalda y sus amigos, Manolito, Susanita y Felipe, pronto alcanzó el éxito y en marzo de 1965 comenzó a publicarse en el diario El Mundo, en el que siguió apareciendo hasta el cierre de esta publicación, en diciembre de 1967. Al año siguiente, la niña y sus aventuras continuaron en el semanario Siete días.

Al mismo tiempo fueron apareciendo los libros de Mafalda, en los que se reunían las tiras según su orden de publicación. El primero de ellos salió a la venta en diciembre de 1966 y posteriormente vieron la luz: ‘Así es la cosa, Mafalda’ (1967), ‘Mafalda 3’ y ‘Mafalda 4’ (1968), ‘Mafalda 5’ (1969), ‘Mafalda 6’ (1970), ‘Mafalda 7’ (1971), ‘Mafalda 8’ (1972), ‘Mafalda 9’ (1973) y ‘Mafalda 10’ (1974).

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Pero no fue hasta 1969 cuando Mafalda se publicó por primera vez fuera de Argentina, primero en Italia ‘Mafalda la contestataria’; y en 1970 en España, donde la censura franquista obligó a los editores a ponerle una franja en la tapa con la leyenda "para adultos".

Quino publicó su segundo libro de humor gráfico titulado ‘A mí no me grite’ (1972) y el tercero, ‘Yo que usted’ (1973).

Ese mismo año, Quino decidió dejar de dibujar Mafalda, si bien luego recuperó el personaje en varias ocasiones. Así ilustró campañas publicitarias de Unicef en 1978, de la Declaración de los Derechos del Niño, de la higiene bucal en Argentina en 1983 o para promover las primeras elecciones de los Consejos Escolares en España, en 1986.

En 1976 Quino se trasladó a Milán y tres años más tarde dejó Siete días para publicar en el diario Clarín.

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Galardonado con el título de dibujante del Año 1983 en Argentina, en esas fechas vio la luz su compendio ‘Ni arte ni parte’ y en 1987 ‘Si, cariño...’.

En 1989, para celebrar los 25 años de la publicación de la primera tira de Mafalda, se organizó la exposición Mafalda Inédita y tres años después, Madrid acogió una gran muestra titulada El Mundo de Mafalda.

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En 1999 vio la luz ‘¡Qué mala es la gente!’ y al año siguiente ganó el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos, concedido por la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

Premio Príncipe de Asturias (hoy Princesa) de la Comunicación y Humanidades 2014 junto con los también dibujantes Francisco Ibáñez, creador de ‘Mortadelo y Filemón’, y Albert Uderzo, coautor de ‘Astérix y Obélix’, galardón al que había sido candidato en anteriores ocasiones.

Quino posee la Encomienda de Isabel la Católica de España (2005) y ese mismo año fue nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, al tiempo que su obra fue la protagonista de una exposición enmarcada en los actos del Año del Libro y la Lectura de Barcelona.

Entre otros de sus numerosos reconocimientos se encuentran el premio Romics de Oro 2011, máximo galardón del Festival de Cómic y Animación de Roma, la Medalla de la Orden de la Artes y las Letras de Francia y la insignia de oficial de la Legión de Honor francesa en 2014.

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Un año después, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile le galardonó por "haber retratado magistralmente las problemáticas más profundas de la sociedad".

En sus últimos años se dedicó principalmente a la pintura y a gestionar la difusión de sus dibujos. En 2009 anunció que dejaba de dibujar por un tiempo para evitar repetirse.

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Y en 2016 el dibujante presentó su último libro, ‘Simplemente Quino’, que recopila antiguas tiras publicadas en prensa.

A finales de 2017, tras el fallecimiento de Alicia Colombo, su esposa, el autor decidió dejar su residencia de Buenos Aires para volver a establecerse en Mendoza, su ciudad natal y donde ya había vivido hasta que se mudó a la capital en la década de 1950.

Desde entonces limitó mucho sus apariciones públicas debido a problemas de movilidad y visión y solo se le veía en sus paseos diarios en silla de ruedas, acompañado por algún familiar.

El pasado mes de julio, cuando cumplió 88 años, lo celebró junto a su familia, con torta de dulce de leche, pastas y vino tinto.

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