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Feria de Cali, 60 años del renacer de la Sucursal del Cielo tras tragedia que sentenció su historia

Foto: cortesía Corfecali

Una explosión marcó a la capital del Valle del Cauca. Sin embargo, paradójicamente, la fiesta y la alegría se convirtieron en anestesia del dolor y del olvido.

El 7 de agosto de 1956 la detonación repentina de seis camiones cargados de dinamita en la estación de Ferrocarril de la calle 25 y que dejó miles de víctimas convirtió a la Sucursal del Cielo en un infierno. Tiempo después, la ciudad resurgió de las cenizas y con ellas nació su celebración más popular.

Según información recopilada por Corfecali en un libro publicado este año en edición especial, el nacimiento de la Feria ha sido contado desde dos historias.

Una indica que esta surgió en diciembre de 1958 para transformar en alegría la tristeza provocada por la fatídica explosión. La otra versión cuenta que la tradicional fiesta inició el 28 de diciembre de 1957 con la inauguración de la Plaza de Toros.

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"Esta ciudad fue capaz de levantarse entre las cenizas de una pavorosa tragedia, enjugar sus lágrimas, recomponer su vestido, aprender de sus dolores y avanzar hacia el futuro con la convicción plena de que es preciso, a cada instante, agradecer y celebrar la vida", expresa en esta publicación Luz Adriana Latorre, actual gerente de Corfecali.

La entidad señala que fueron exactamente 39 días los que duró la primera Feria de Cali. Cien conjuntos musicales y 38 bandas acompañaron el evento, que tuvo como disco oficial Palo Bonito de Lita Nelson. Cincuenta y nueve ediciones se han celebrado desde aquel entonces.

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¿Cómo ha evolucionado la Feria de Cali?

Este año se cumple la versión número 60 y, aunque su misión sigue siendo la de contagiar de entusiasmo cada rincón de la ciudad, muchos han sido los cambios de la popular fiesta, que inicialmente estuvo dedicada a las elites, según Alejandro Ulloa, historiador y profesor titular de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle.

"Los sectores populares cada vez se hicieron más participativos. Digamos que se extendió a los barrios a través de las verbenas en los 70, se desplegó también por distintas zonas de la ciudad. Se ha descentralizado a corregimientos y zona de ladera, lo que amplía su radio de difusión e involucra a otros grupos sociales", relata Ulloa.

Ulloa destaca, además, cinco momentos que han sido claves para el desarrollo, la evolución y la transformación de la Feria de Cali. El primero de ellos, cuenta, fue la década inicial, un periodo marcado por la influencia de la música tropical, del Caribe colombiano. Posteriormente, la salsa tomó territorio.

"La característica era el predominio de la música tropical colombiana hasta que llegan, en 1968, Ricardo Ray y Bobby Cruz, y con ellos se inicia una década del 68 al 80 donde la pauta la marca la música salsa. De ahí en adelante, Nelson y Sus Estrellas, Ismael Miranda, la Sonora Matancera, Celia Cruz. Hay un giro significativo sin que eso signifique que la otra música deje de escucharse”, cuenta el profesor.

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Otro momento que resalta el docente de Univalle es el lapso de 20 años contemplado entre las décadas de los 80 y 90, impregnada por los excesos influenciados por el narcotráfico en la Sultana del Valle, que se tomó desde los sectores vulnerables hasta las clases altas.  

"Una presencia ostensible, ruidosa, que se expresaba de muchas maneras a través de la cabalgata, en las discotecas e incluso en ciertos abusos que se cometían y en el predominio de una estética derivada de la influencia de los dineros calientes y los narcos en esta capital", agrega.

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Una etapa que el docente universitario considera que no ha sido lo suficiente documentada e investigada, pero a la cual se le debe prestar atención por sus diversas facetas y la dimensión de su influencia.

"El tercer momento diría que es ya en la primera década del siglo XXI. Lo veo marcado por la presencia de la música del Pacífico, que gana un protagonismo que antes no tenía, eso relacionado con el desarrollo del Festival Petronio Álvarez y con el auge de ciertas bandas de la Costa Pacífica, de Guapi, de Chocó, de Tumaco, Timbiquí", dice Ulloa.

Según el historiador, es en esta época en la que empiezan a tener mayor visibilidad en ciertos espectáculos de la Feria los sonidos y ritmos del Pacífico, que si bien ya había tenido participación en el tradicional evento, su presencia se veía ajena, distante e incluso exótica. "Hoy en día tiene un carácter mucho más articulado a uno de los perfiles culturales de la ciudad".

 

En Cali, mirá, se sabe gozar

La salsa recorre cada rincón de esta ciudad y hace parte del ADN de los caleños. Por eso, Ulloa destaca como cuarto momento clave que las academias de salsa y la exaltación del baile acrobático se convirtieron en el centro de atención, no solo en la emblemática fiesta que año a año se celebra del 25 al 30 de diciembre, sino también en distintos espacios y momentos.

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De ahí, la acogida en la feria del Salsódromo, hoy por hoy el espectáculo principal de la Feria de Cali con el que la Sultana del Valle da la bienvenida a su fiesta más popular. Esta es la quinta época que marca la historia del certamen para el profesor Ulloa.

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"Creo que el Salsódromo es la innovación más importante a partir de diciembre de 2008. Ya va a completar la décima edición. Este, sin duda, no solo desplazó a la cabalgata como el acontecimiento de apertura de la feria, sino que termina convirtiéndose en el principal espectáculo de la feria para propios y extraños", asegura el docente.

Las coreografías, las figuras, los vestuarios, la inclusión de artistas y artesanos hicieron de este un show especial.

 

Cali viejo vs Cali nuevo

Uno de los desfiles más emblemáticos y que engalana a la Sucursal del Cielo cada 28 de diciembre, en el marco de la feria, es el Carnaval del Cali Viejo. Un show en el que niños y adultos, propios y extranjeros, evocan aquellos personajes y escenarios que han hecho eco en la historia de la ciudad.

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Hace 21 años, John Jairo Perdomo Restrepo se dejó contagiar por jolgorio de este carnaval y actualmente da vida a uno de los denominados Santiagos, personaje con que rinde homenaje a la bandera caleña.

"La gente salía con lo poco o mucho que tenía, luego, cuando la Administración Municipal coloca el ojo en este desfile, empiezan a llegar unos recursos que alimentan la posibilidad de realizar mejores vestuarios, que se haga con calidad, que podamos tener otras condiciones", recuerda.

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Desde hace dos años, Perdomo es director del Carnaval del Cali Viejo y seguramente es una de las personas que mejor conoce el proceso artístico que implica este popular desfile. Por eso, resalta los cambios que el mismo ha evidenciado a través del tiempo.

"Antes eran unos desfiles muchos más largos, acompañábamos unas propuestas, luego sacamos las propias. Como nos enamoramos de esto, empezamos cada año a inventarnos una cosa nueva, en el marco de lo que podíamos producir y la historia que queríamos contar", explica.

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En 2015, el Carnaval de Cali Viejo fue declarado como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la capital del Valle del Cauca. Por esta razón, Jhon Jairo resalta la labor de cultores que cuiden las comparsas, motiven los barrios y enamoren a los niños durante esta gran fiesta. 

Por: Paola Vergez Madiedo / Fotos: cortesía Corfecali

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