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Cercanía de organismos de control con Duque: ¿qué peligro representa para la democracia?

Ante la inminente elección de la exministra Margarita Cabello como procuradora, expertos dicen que “se rompería el equilibrio de poderes”. Informe especial.

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Si nada extraordinario ocurre, Margarita Cabello Blanco será ungida este jueves como procuradora general de la Nación. De ser así, como todas las cábalas políticas anticipan, las principales cabezas de los organismos de control del país tendrán una coincidencia común: sus estrechos vínculos con el gobierno de Iván Duque.

- El contralor Felipe Córdoba, aunque tiene vuelo político propio, hoy es cercano a Palacio.

- El fiscal Francisco Barbosa, amigo personal del presidente y excompañero de aulas en la Sergio Arboleda.

- El recientemente elegido defensor del pueblo Carlos Camargo, promovido por el jefe de Estado.

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- Margarita cabello, quien hasta hace 10 días era su ministra de Justicia.

El reputado académico Rodrigo Uprimny, investigador de DeJusticia, opina que “la elección de la doctora Cabello como procuradora sería una mala noticia para el país. Independientemente de si tiene o no las cualidades para ocupar el cargo, el problema es que es demasiado cercana al actual gobierno, fue su ministra de Justicia hasta hace pocos días, renunció precisamente por la candidatura. Ese nombramiento rompería el equilibrio de poderes porque el presidente contaría con la cercanía de tres funcionarios de alto cargo en el resto del Estado”.

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¿Qué peligros entraña para la democracia esta cercanía entre los organismos de control y el controlado?

“Cuando el presidente postula para el cargo de defensor del Pueblo a una persona que no sabe de derechos humanos, cuando postula a una persona para la dirección de la Fiscalía General de la Nación que no es experto en derecho penal o en política criminal y cuando el Congreso y la Corte Suprema nombran a esas personas, cuál es el mensaje para el país: que aquí no importa la meritocracia, que aquí lo que importa es tener amigos”, dice Juan Gabriel Gómez Albarello, profesor del IEPRI de la Universidad Nacional.

Ni en los tiempos de mayor popularidad de los expresidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos sus gobiernos lograron un escenario parecido.

No obstante, están quienes defienden a los jefes de los organismos de control.

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“A los funcionarios públicos hay que examinarlos en toda su carrera y su vida profesional y académica. Margarita Cabello, Felipe Córdoba, Carlos Camargo y el propio Francisco Barbosa son personas que le han aportado a la democracia, han sido excelentes académicos, pero ante todo su trayectoria y hoja de vida hablan por sí mismo”, dice Edward Rodríguez, congresista del Centro Democrático.

Andrés Hernández, de Transparencia por Colombia, es contundente en que, si no se respeta la esencia de la separación de poderes, la lucha contra la corrupción quedaría en grave riesgo.

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Más allá de las condiciones personales o los méritos en la vida pública, el gran debate es si personas tan cercanas a un gobierno podrán controlarlo eficazmente… tendrán que ganarse a pulso su independencia.

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