Debate en isla Gorgona por proyecto para construir subestación de guardacostas

En el municipio de Guapi, norte del Cauca, las comunidades adelantan audiencias públicas en las que se debate si se podrá o no construir una subestación de guardacostas en la isla Gorgona. Mientras la Armada defiende el proyecto, los habitantes advierten el impacto ambiental que traería su puesta en marcha.

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La isla Gorgona está ubicada a 54.8 kilómetros del municipio de Guapi y es un parque nacional natural que alberga más de 160 especies marinas y terrestres.

Además de las casas donde se hospedan los turistas, hay unas viviendas dispuestas para 28 infantes de marina que permanecen allí vigilando los alrededores de la isla. Sin embargo, hoy no están en buenas condiciones.

Por eso, la Armada Nacional expuso la necesidad de reconstruir las estructuras, argumentando el trato digno con los infantes que defienden la zona costera y la isla Gorgona de la presencia de grupos armados.

También sumó a su proyecto la construcción de un muelle de 130 metros, que, dice, ayudaría al arribo de los turistas y a una mejor práctica en el transporte de combustible, ya que hoy los galones son rodados por el pasto y la arena hasta el mar, generando contaminación.

Y finalmente la construcción un radar, ubicado en lo alto de la montaña, que reforzaría, dice la Armada, el control de embarcaciones piratas e incluso el tráfico de droga por la zona del Pacífico.

Pero, para los habitantes de Guapi, esto tiene varias implicaciones, sobre todo ambientales. Aseguran que no hay un estudio de factibilidad para desarrollar el proyecto y por eso reclamaron las consultas previas.

"Han omitido el derecho a la consulta previa porque el Ministerio dice que no hay necesidad, pero nosotros entendemos que el área de influencia de Gorgona, es más, el hecho de que Gorgona pertenezca a Guapi, un municipio netamente étnico, pues ya es una claridad que hay presencia de grupos étnicos alrededor del área de influencia relacionados con la biodiversidad con la isla Gorgona", explica Felipe Cuero, habitante de Guapi.

Además, quienes hacen parte de fundaciones ambientales y de centros de investigación señalan que no solo se genera un impacto sobre ecosistemas terrestres y marinos, sino que además el proyecto podría afectar especies migratorias.

Son tajantes cuando dicen que un parque nacional, que es una figura de protección, no va acorde con una obra de alto impacto, teniendo en cuenta, dicen ellos, que el comité científico nunca fue consultado.

"Esto genera unos efectos de sismicidad y además de contaminación acústica a muchas especies particularmente sensibles, como pueden ser no solo las ballenas, sino las tortugas marinas también", asegura Diego Amorocho, del Centro de Investigación para el Manejo Ambiental y Desarrollo (Cimad).

Las comunidades insisten que un parque estaría pasando de ser un área protegida a una base militar.

"No han sido claros en el momento de decir cuál es la verdadera función de una subestación de guardacostas, con un muelle de 130 metros, con un tanque de almacenamiento de 7.000 galones de combustible y con un radar", señala Amorocho.

En sus argumentos, la Armada explica que este proyecto no tiene como propósito ser una base militar y que no tendrá presencia de militares de Estados Unidos, aunque ese país haya hecho aportes para desarrollarlo.

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En cuanto al impacto ambiental, indica que fue la misma Agencia Nacional de Licencias Ambientales la que avaló la reconstrucción de las viviendas, la fabricación del muelle y la puesta en marcha del radar.

El capitán de navio Javier Bermúdez, comandante de guardacostas de la Armada y quien está al frente de este proyecto, explica por qué no se hizo una consulta previa.

"Nosotros tenemos tres certificaciones en las que el Ministerio del Interior no nos obliga a hacer esta consulta previa porque no hay asentamientos en la isla. Bajo esa premisa y con esas certificaciones, nosotros se lo hemos manifestado a la comunidad", dice.

El capitán explica que esta decisión fue consultada con Parques Nacionales Naturales justamente para mitigar impactos y mantener los valores de conservación de la isla Gorgona y de sus ecosistemas de flora y fauna.

El capitán dice que el anclaje de las columnas que sostendrían el muelle se haría en la temporada en la que no hay migración de ballenas y que los grupos de tortugas marinas y delfines que son permanentes en la zona se ubican en Gorgonilla, a más de 15 minutos de la isla Gorgona.

"El muelle en sí va a ayudar a mitigar esos impactos que se generan hoy en día por los más de 2.500 zarpes y atraques que se realizan. Hoy en día, se emplayan esas lanchas, la cavitación genera mayor ruido e impacto que si estuviera un muelle, que tendría una profundidad de dos metros en marea baja", comenta.

Y es claro al decir que la presencia de la Armada Nacional está en todos los parques naturales que tienen injerencia marítima.

"Esa presencia policiva que hace guardacostas en estos parques es para garantizarles a todos los colombianos que se proteja ese baluarte, ese territorio marítimo, y ese es nuestro aporte a esa seguridad marítima en esas áreas”, sostiene el capitán Bermúdez.

Pero toda la comunidad no cuestiona el proyecto. Para pescadores en Guapi, la presencia de la Armada contribuiría a combatir la inseguridad, según dicen, por embarcaciones piratas que ocupan sus zonas de pesca y afectan su trabajo.

"La inseguridad no solo se presenta en Gorgona, sino a nivel costero, por ejemplo el pescador de camarón”, expresa el pescador Bernardo Perlaza Rayo.

También hay quienes le ven beneficio al muelle. Para ellos, contribuiría a la seguridad de sus embarcaciones y que estas no terminen en las zonas de las playas ocupadas por turistas, lo que les genera un riesgo.

La polémica y los reclamos de la comunidad llevaron al Gobierno a parar el proyecto hasta tanto haya un acuerdo con los habitantes de la isla Gorgona. Ese acuerdo se busca ahora en audiencias públicas donde se exponen cuestionamientos, explicaciones y beneficios de un proyecto de 34.000 millones de pesos con aportes de Estados Unidos.

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