Siempre detrás del lente está el testigo de nuestro tiempo, el maestro
Duró una semana en busca de la verdad; su mensaje está cargado de gritos heridos por el pueblo embera.
“El Chocó es un epicentro de guerra, donde la gente está sufriendo, donde la gente no se atreve a denunciar porque saben que pueden ser blanco de los actores armados, bien sea de la guerrilla del ELN o de disidencias de las FARC, pero lo más grave es que
Luego cuestiona: “Yo me pregunto y le pregunto al general Zapateiro (comandante del Ejército), le pregunto al presidente de la República y le pregunto a los diferentes ministros o al del Interior... ¿cómo es posible que todas estas denuncias sobre las AGC se estén dando porque se mantienen como en los años 90, a veces en lugares donde las autoridades saben?”.
Publicidad
Chucho Abad, como muchos lo conocen, no oculta el dolor que le produce ver a esta Colombia azotada por la violencia, dolor que expresan los pobladores.
“Estoy llorando porque dejamos todo abandonado, todos los animalitos y casas, porque siento una tristeza en mi corazón, no aguanto el dolor que tengo aquí", dice una afectada por la violencia.
Su misión por el Chocó inició en 2019, desde ese momento ha ido generando un registro visual de videos y fotografías en medio de las comunidades afectadas por la guerra. Así busca dar a conocer la dimensión de la tragedia.
Publicidad
El reportero enmarca sus relatos en rostros de víctimas; una de ellas es
“Es entender que el llanto no es solo por el dolor de los líderes que están siendo asesinados, sino también por esa naturaleza que está siendo devastada, que hay intereses económicos de gente que sabe el poder y la riqueza de estos territorios", afirma Abad.
El reportero gráfico también registró en Bahía Solano al líder
“Le cortaron la lengua, a Miguel Tapí lo decapitaron y le dejaron la cabeza boca abajo besando la tierra. Eso desestructura una comunidad porque asesinar estos hombres y mujeres líderes en estas comunidades lo que busca es someterlos a esos nuevos actores armados que se quieren apoderar de un territorio”, señala.
Publicidad
El tercer relato de Jesús Abad se cuenta a través de una joven madre llamada Luz Aida Concha. Chucho siguió
“Paramilitares llegaron a la comunidad de Moamia… el ELN llegó y atacó a los paramilitares, en ese cruce murió una mujer de 21 años que se llamaba Luz Aida Concha Delana. Luz Aida tenía dos niñas de 1 año y 5 años. Uno siente el miedo de la comunidad, la comunidad está huérfana, una comunidad que hacía 12 años no veía integrantes del Ejército que habían llegado”.
Un viaje al olvido, al miedo, a la guerra, un viaje del cual pareciera no haber regresado porque las preguntas a los hechos documentados le resultan incomprensibles.
Publicidad
Aún retumban en su cabeza los gritos desgarradores de las mujeres embera en la marcha del silencio en
“Son los gritos de las mujeres en la zona de Bahía Solano. Con la muerte de Miguel Tapí, los hombres están doblegados por el miedo, mejor dicho, los hombres están cagados del miedo y son las mujeres las que tienen que salir a protestar”, asegura.
Con dolor, sostiene que la Policía y el Ejército saben que los criminales están allá, pero no pasa nada. Mientras tanto, las mujeres levantan la mano con dignidad, resistiendo a la violencia para que alguien los rescate del olvido.