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Pesca ilegal, virus del océano que no descansa ni en tiempos de pandemia

Mientras las malas prácticas están acabando con ecosistemas, algunos dicen que es la única manera de no aguantar hambre. Informe especial.

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Colombia es un país rodeado de agua, cerca del 50 % de su territorio está conformado por mar y sus ríos son venas que han permitido que se conecten todos los territorios. Debajo de sus aguas, la biodiversidad es una de las más ricas del mundo. Pero la presión que se está generando sobre los ecosistemas está poniendo todo en riesgo.

Deiver Martínez, pescador, advierte que algunos pescan con pólvora o mallas deficientes lo cual termina causando graves daños.

Sandra Bessudo, directora de la Fundación Malpelo, es una luchadora incansable por la protección de la fauna marina. Ella no esconde su preocupación por las malas prácticas de algunos pescadores.

“Esa pesca de arrastre -que yo misma he visto con mis propios ojos- está arrasando permanentemente los fondos marinos; los camarones cada vez son menos y menos. Se captura, se muere y luego simplemente se coge el camarón y lo demás lo desechan sin vida al mar, eso no es ni seguridad alimentaria ni protección a la biodiversidad”, dice.

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Aunque en los meses del confinamiento hubo una leve reducción de la pesca ilegal, no ha cambiado mucho el panorama.

Nicolás del Castillo, director de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, adscrita al Ministerio De Agricultura, advierte que “la gente aprovecha pensando que las Fuerzas Militares van a salir menos o lo que sea para hacer actos ilícitos”.

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Y recuerda que en Semana Santa se descubrieron cinco embarcaciones ecuatorianas pescando ilegalmente cerca de Malpelo.

Pero este mal tiene otra cara: la crisis generalizada acusada por la pandemia castiga con más fuerza a los pescadores, que cargan con una pobreza histórica. Su angustia por sobrevivir los lleva, en muchos casos, a atentar contra la biodiversidad, cuenta la bióloga Sandra Bessudo.

Por eso dice que la situación que se aproxima es complicada y proteger la fauna será imperativo pues “el hambre acosa a los más pobres y ellos en su derecho a sobrevivir no renunciarán a sus faenas legales o ilegales”.

Lea, también: Las manos heróicas que están detrás de la reforestación del Amazonas durante la pandemia.

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