En un documento de 29 páginas el Consejo de Estado revocó la condena de $64.200 millones que hace ocho años le impuso a la Nación y al Acueducto de Bogotá el Tribunal de Cundinamarca en cabeza de un exmagistrado que hoy está acusado de torcer fallos a cambio de dinero: Carlos Alberto Vargas Bautista. Un proceso que, según
Hace una semana Eslava le dio una entrevista exclusiva a este noticiero en la que explicó cómo funcionó durante años esta organización criminal que, según ella, era manejada por
“No había proceso y ya se estaba repartiendo los resultados, eso es ilógico, pero ahí está lo lesivo de lo que sucedió”, le dijo Eslava a Noticias Caracol y añadió: “Entonces le digo (a Vargas) cómo es la cosa. Me dice: ‘No, tienes que trabajar el caso, revisas los papeles, ves la viabilidad, presentamos la demanda y la cesión de derechos litigiosos es para garantizar nuestros resultados’. ¿De quiénes? ‘De Leonardo, tuyo y mío’”.
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Por estos hechos, el congresista Rico fue llamado a indagatoria por la Corte Suprema de Justicia. Según Eslava, tras ese desayuno, la condena millonaria contra el Estado era solo cuestión de tiempo, así como la coima de casi $13.000 millones. Todo se cuadró, dijo, para darle apariencia de legalidad a un proceso chueco.
“Era un caso que era tema de conversación de nosotros, o sea ‘oye, cómo va’, ‘ya notificaron’, ‘están los papeles’, ‘ya libraron los oficios’, ‘verifica si ya llegaron las pruebas’, ‘oye vamos a hacer la inspección judicial’, ‘habla con el abogado para el tema de las pruebas’. O sea, el cuido era conjunto, él (Vargas) desde allá, desde adentro de la baranda, y yo fuera de la baranda. Era un bloque de protección que tocaba hacerle al caso”, contó.
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Más allá del
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“Uno no dimensiona el daño que provoca, cierto, en terceros, en instituciones, en credibilidad, en confiabilidad, qué fuerte es no poder confiar en la institucionalidad, y todos criticamos eso, pero yo fui un factor de pena, de tristeza y de fraude en todo esto”, concluyó la testigo Eslava.
De esta manera se puso punto final a una controversia administrativa de más de una década. En el plano penal, sin embargo, todavía falta que la Corte Suprema determine si Vargas Bautista y el congresista Rico son o no responsables de los delitos por los cuales los acusa Kelly Eslava.