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“Yo no se le aconsejo a nadie”: mujer que cruzó el Darién y 9 países para llegar a EE. UU.

Dice que sintió un miedo aterrador como nunca antes y que nunca olvidará lo que vio. Y es que superar selvas de Colombia y Panamá es solo la mitad del camino.

“Yo no se le aconsejo a nadie”: mujer que cruzó el Darién y 9 países para llegar a EE. UU.

Migrantes que llegan desde diversos países cruzan Latinoamérica buscando el sueño americano. Para ello exponen su vida y se enfrentan a grandes penurias.

¿Qué dice alguien que logró llegar al destino final?

El paso por Panamá

Migrantes que están varados en la frontera de Panamá con Colombia llegan a la orilla del río Tuquesa, en donde son rescatados por fronterizos. Es evidente el cansancio que traen estos extranjeros después de haber caminado por varios días, arriesgando sus vidas.

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En medio de este peligroso cruce, desde el 2014 a la fecha, alrededor de 50 migrantes han muerto.

El defensor del pueblo de Panamá viajó a Colombia para reunirse con las autoridades de Ecuador, Costa Rica y Colombia para palpar de primera mano la crisis migratoria que se está viviendo y las posibles alternativas a solucionar este problema.

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Este lunes ambas delegaciones tanto de Panamá de Colombia llegarán para hacer una evaluación de la cantidad de migrantes, buscar la forma de ver cómo van a ser movilizados y posteriormente reunirse con otros países para encontrar una solución.

Una de las opciones que han dicho las autoridades se van a tomar y a plantear es la posibilidad de buscar una nueva ruta para movilizar a estos migrantes que no sea necesariamente atravesando la selva del Darién, sobre todo porque están expuestos a las bandas criminales, así como también están expuestos al peligro y muchos pierden la vida en el camino.

· El drama de migrantes que tratan de internarse al Darién para buscar el sueño americano

La llegada a México

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Son miles de migrantes haitianos los que deambulan por calles, avenidas y se aglomeran en el centro de la ciudad fronteriza de Tapachula, en el estado de Chiapas.

Buscan trabajo o comida para sobrevivir.

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Forman parte de los más de 64 mil extranjeros que, de acuerdo con la Agencia para los Refugiados en México, llegaron en los primeros siete meses de este 2021.

“En el mes de julio, Chiapas, porque la mayoría ha sido en Chiapas, pero digamos en México se han recibido 12.807 solicitudes de asilo. Si se toma este número del mes de julio, es igual a la suma de todas las solicitudes de asilo del 2013 al 2017", indicó Giovanni Lepri, representante de Acnur en México.

Los que más solicitan refugio son los hondureños, con más de 26 mil; le siguen los haitianos con, más de 13 mil; en tercer lugar, los cubanos con más de 6 mil.

El 73% del total de las solicitudes se han hecho en Chiapas. Lugar en donde al menos 40 mil migrantes están varados desde hace 7 meses.

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“La situación en la región, las variables que hacen que las personas dejen sus familias, sus casas están aumentando. Estas variables no están disminuyendo, también los desastres naturales del año pasado han creado más razones más causas de desplazamiento, los temas ligados a la violencia, ligado a la presencia de la criminalidad en las comunidades, el tema del COVID ha tenido un impacto muy fuerte”, dice Giovanni Lepri, representante de la Acnur en México.

Y la cifra aún es corta. Las autoridades reconocen que cada día el número de migrantes que llega aumenta sin precedentes, esperan superar por mucho más de cien mil solicitudes de refugio antes de terminar el año y con ello enfrentarán una nueva crisis humanitaria en el sur del país.

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· Colombia y países de América Latina se reunirán para dar solución a la crisis migratoria de Necoclí

¿Qué dice quien logró llegar a los Estados Unidos?

Aylin Gari Cruz es una mujer que en sus treintas, y con tres meses de embarazo, hizo la aterradora travesía. Hoy dice que por nada del mundo lo volvería a hacer.

En ese momento no sabía que la política ‘pies secos, pies mojados’ había sido derogada.

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Desde que salió de Colombia, fueron 21 días los que le tomó a Aylin Gari Cruz llegar hasta territorio estadounidense.

Primero voló de Cuba a Ecuador, cuando no pedían visa. A partir de allí el viaje fue por tierra.

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“Yo sentí mucho miedo toda la travesía, todos esos países, una mujer sola en embarazo”, explica Aylin.

Dice que nunca habría imaginado que lo que le habían contado ni siquiera se parecía a lo que vivió.

“En la selva sí encontramos cadáveres, huesos, cadáveres disecados, una cosa impresionante”, relata la mujer.

Dice que de los momentos más aterradores los vivió en la Loma de la Muerte, una trocha plagada de peligros por la que ni los coyotes se atreven a transitar.

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“Ahí nadie responde porque es un lugar sin ley. Traía las uñas destrozadas, los pies por las botas, del agua, las piedras, el río… en fin moretones, todo lodazal. Yo rodé cuando caí y aguantada de un gajo. Por una parte de la montaña, traía preocupaciones, yo no sentía al bebé”, relata.

Incluso dice que llegó a arrepentirse.

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“Respiré profundo y por primera vez en mi vida sentí un miedo aterrador, pero un miedo que te cala los huesos, un miedo de verdad hasta con las vísceras. Sentí como que había despertado de toda esa locura y dije ‘¿que estoy haciendo?’ Pero en ese momento yo descubrí que el camino que yo había emprendido ya no tenía marcha atrás, no me podía regresar atrás, no conocía el camino nadie hace ese camino a la inversa”, indica.

Y aunque finalmente logró llegar a Estados Unidos, sin familia en un país que le era extraño, tuvo que batallar para lograr que le otorgaran el asilo.

“Por donde quiera que tú lo veas es un riesgo: tanto la montaña, el río, la parte de adentro, tú no sabes que te vas a encontrar o que te espera y el escenario es terrible. Y de ahí para acá son más de nueve países y cada país trae un escenario diferente, hay bandas violentas diferentes, es desolador”, dice Aylin.

“Sería irónico que yo aconsejara no lo hagan porque fue la ruta que yo hice. Pero desde el fondo de mi corazón es una cosa que yo no se lo aconsejo a nadie”, señaló.

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Hoy Aylin trabaja en una pizzería y vive con su hijo de 4 años en cayo largo, desde donde sigue anhelando que en Cuba, su isla, algún día haya libertad.

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