Lejos de poder tomarse un respiro, los supervivientes de la Vuelta a España afrontarán un recorrido típico rompepiernas de las carreteras gallegas, adecuado para las emboscadas, si hay algún equipo que esté por la labor de no dar respiro o para que la escapada del día pueda tener opciones de llegar con final exigente.
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A todo ello se unirá que es la segunda etapa más larga de esta edición de la Vuelta a España con más de 200 kilómetros, y un puerto de tercera categoría, suave con casi 8 kilómetros de ascensión que puede terminar de romper el pelotón.
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De manera casi excepcional por la configuración de los recorridos que propone Unipublic estos últimos años, la decimocuarta etapa de la Vuelta a España unirá dos capitales de provincia, Lugo y Ourense, con 204,7 kilómetros de recorrido, para finalizar con unos últimos 800 metros en una llegada con un desnivel medio del 5,6 %.
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Con esa rampa final habrá que estar atentos porque la etapa no tiene catalogación de llegada en esprint masivo, por lo que los jueces podrán marcar diferencias en los huecos entre ciclistas que superen el segundo de diferencia. Lo acontecido en Suances, con cambios de criterio de última hora, no podrá repetirse.
Con las fuerzas cada vez más justas, en el caso de que no llegue la escapada, de nuevo puede ser una excelente oportunidad para que los gallos de la Vuelta a España que luchan por la clasificación general o por entrar en el podio peleen tanto por restar algún segundo como por cazar alguna bonificación.
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Así será la etapa 14 de la Vuelta a España.
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