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Conmovedor llanto de bebés rinocerontes en orfanato para su especie

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Lloran por comida, pero también por la falta de una madre que los cuide. Estos tres bebés rinocerontes vieron cómo cazadores furtivos mataron a sus progenitoras y los dejaron huérfanos.

Su rescate, adopción y rehabilitación ha sido posible gracias al Care for Wild Africa Rhino Sanctuary, el orfanato más grande del mundo que protege a este especie y que está ubicado en Sudáfrica.

Las crías de rinoceronte estallan en llanto cada vez que les retiran las botellas de leche que se toman en un santiamén. Pareciera que siempre estuvieran hambrientos.

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La caza furtiva sigue siendo la mayor amenaza para los rinocerontes adultos que los humanos matan por sus cuernos. Del rinoceronte blanco, por ejemplo, quedan tan solo 20 mil ejemplares en el mundo.

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El video, publicado por Working with Rhinos, alcanzaba este jueves 1,7 millones de reproducciones.

Lealtad a prueba: así reaccionó al ver a su dueño dos años después

José Andaverde lo perdió todo: su matrimonio, su capital y a su perro Chaos. Dos años después, la vida se encargó de devolverle el último. El riesgo, sin embargo, era que su mascota lo rechazara.

Un miembro del refugio animal Winnebago County se encontró a Chaos, que todavía conservaba un dispositivo de identificación con datos de Andaverde.

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El encuentro de ambos no pudo ser más emotivo: el perro se lanzó a los brazos de José y no dejaba de lamerlo, de saltar y batir la cola. Así estuvieron durante casi una hora.

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El video, publicado en Facebook, sumaba este jueves 1,6 millones de vistas. ¡Lealtad a toda prueba!

El rayo de Harry Potter

Ayden, de cuatro años, sufrió un accidente casero que le dejó una cicatriz en la frente. El niño lloraba sin parar y no quería salir a la calle por temor a las burlas. Su mamá, Britttaney Benesh, tuvo una mejor idea antes que cantarle “sana que sana, colita de rana”.

Le dibujó con un marcador rojo el rayo que caracteriza al popular mago Harry Potter.

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La marca que no le gustaba a Ayden desapareció para darle paso a una cicatriz en forma de rayo que complementó con unas gafas gigantes.

“Está bien, mamá puede arreglar esto”, fue lo que escribió Brittaney al momento de compartir las fotos en Imgur. Gracias a ella, Ayden ha vuelto a sonreír.

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