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Día sin pantalones: el frío no impidió que se los bajaran en las estaciones del metro

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Como si se conocieran de toda la vida, hombres y mujeres se retiraron esta prenda sin importar raza, sexo, edad y mucho menos estado físico.
Pantalones y faldas afuera. Ese fue el compromiso de centenares de personas que desafiaron en Nueva York y otras ciudades del mundo la baja temperatura en un día muy frío esta temporada invernal, para viajar en el metro durante el evento anual No Pants Subway Ride.
El ambiente era festivo y la camaradería como si se conocieran de toda la vida. Cuerpos bien contorneados, delgados, luciendo alguna llanta o con sobrepeso. Eso no importó a nadie, como tampoco su grupo étnico y los había de todas las edades.
Era un día para divertirse pese al intenso frío - aunque algunos aseguraron que "no está tan mal"- y cumplieron de lleno con su expectativa de pasarla bien, en la edición 18 del No Pants Subway Ride, que cada año, desde el 2002, organiza la plataforma de comediantes Improv Everywhere.
Según han indicado sus organizadores, el propósito del evento no es ofender, sino "hacer reír" y divertirse.
Los grupos se reunieron en seis puntos a través de la ciudad, donde recibieron instrucciones para dividirse en pequeños equipos y, si alguien les preguntaba sobre su conducta durante el evento, para decir que "olvidaron los pantalones en casa".
A la plaza de Foley Square, en la zona de las cortes y a pocos pasos de la alcaldía de Nueva York en Manhattan, uno de los puntos de partida, fueron llegando poco a poco y aunque no se conocían, eso tampoco importaba. Compartían su propósito de divertirse.
Allí estuvieron Hannah y su hermana, quienes viajaron desde el vecino estado de Nueva Jersey para participar por primera vez del evento.
"Hace mucho sé del evento por YouTube, he visto los videos y finalmente decidí participar. Dije 'tenemos que estar allí este año'", relató Hannah, quien aseguró que lo hizo por diversión.
"¿Cuándo vas a poder decir que viajaste en el metro sin pantalones?" señaló, para agregar entre risas que "se nos van a congelar las nalgas".
Dijo, además, que todavía le parecía escuchar a su abuela pidiéndole que no asistieran al evento.
Una vez en el metro, comenzaron a quitarse los zapatos y medias para despojarse de sus pantalones, aunque llevaban sacos, abrigos, gorras y guantes para protegerse del frío, todo ante la mirada tímida de algunos o la indiferencia de otros porque sabían del evento por las redes sociales o la prensa o porque en Nueva York nada o casi nada causa sorpresa.
Los participantes cambiaron de metro para mostrarse a otro público en las plataformas donde algunos no ocultaron su sorpresa en un día en que la sensación térmica fue de -8 grados.
Roberto esperaba el tren en la congestionada estación de la calle 59 en Manhattan y no ocultaba su expresión de sorpresa. Aseguró a Efe que desconocía el evento, pero que no dudaría en hacer lo mismo, pese al frío.
"Yo lo haría también. ¿Por qué no? Por divertirme, andar en pantalones cortos, no importa el frío", señaló sin dejar de observar el grupo que esperaba el próximo metro que les llevaría al destino final, en Union Square, donde termina cada año.
Allí se encontraron todos los participantes y el ambiente parecía de carnaval, ya que en medio del tumulto de una estación siempre congestionada, algunos bailaban al ritmo de una banda de trompetas, trombón y timbal, mientras otros observaban contorneando su cuerpo o tomaban fotos, y los usuarios de metro intentaban abrirse paso, todo bajo estrecha vigilancia policiaca.
Entre los participantes no faltaron hasta los superhéroes con la presencia de "Batman" y "Capitán América" y otros, muy "fashionistas" no llevaban pantalones pero sí chaqueta y corbata o pajarita.
"He participado durante tres años de este evento y espero hacerlo el próximo año. Es muy divertido. Mi esposa está en casa y me preguntó a dónde iba. Le dije que a mostrar mis calzoncillos", sostuvo Michael, de unos 70 años.
Otra que dijo sí a esta iniciativa, Jo, que también viajó desde Nueva Jersey, señaló que querían pasarlo bien. "Se vive una sola vez", afirmó.
El evento se celebró por primera vez en 2002 en Nueva York y se ha extendido paulatinamente a otras ciudades, como Washington, Londres, Praga, Berlín, Varsovia, Milán, Copenhage, Buenos Aires, Chicago y San Francisco.

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