Lo asesinaron cuando ayudaba a habitantes de calle, pero las buenas obras siguieron tras su muerte

Aunque Pablo Hidalgo Jaramillo no tiene nombre de superhéroe, seguramente su historia será recordada por decenas de personas a las que ayudó, incluso, después de la muerte. Desafortunadamente fue víctima de la violencia cuando auxiliaba a habitantes de la calle en México.

Pablo Hidalgo decidió llevar cobijas a estas personas sin techo para ayudarles a soportar el frío de los andenes. En ese momento, un sujeto se acercó para quitarle las llaves del carro, pero él opuso resistencia: el bandido activó el arma y le propinó un disparo en el abdomen.

Fue trasladado a un centro asistencial con vida, pero un edema cerebral terminó por causarle la muerte.

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La familia de Pablo Hidalgo, consciente de que le gustaba ayudar, decidió donar la mayor cantidad de órganos posible. Desde corazón, hígado y riñones hasta córneas, piel y tejido musculoesquelético.

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“Gracias al altruismo de la familia, fue posible darles otra oportunidad de vida a seis personas que se encontraban en lista de espera”, señaló el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Cuando el cuerpo de Pablo Hidalgo era trasladado para la recuperación de los órganos, el personal médico le hizo una calle de honor y con calurosos aplausos le agradecieron por ayudar, incluso, después de la muerte. La mamá del joven leyó una conmovedora nota:

Medios de México señalan que más de 100 personas podrán mejorar su calidad de vida o salvarla gracias a los órganos de Pablo Hidalgo.

Entre tanto, ciudadanos se han movilizado para que haya justicia en este doloroso caso.