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Pareja selló su historia de amor con una cautivadora sesión de fotos en “el fin del mundo”

La fotógrafa estadounidense Andrea Enger fue la encargada de tomar las imágenes de estos recién casados en este lugar envidiable conocido como el “fin del mundo”.

Pareja selló su historia de amor con una cautivadora sesión de fotos en “el fin del mundo”

Hasta “el fin del mundo” llegó una pareja para sellar su historia de amor y cuando suena esa palabra, amor, hay que aprovechar para captar momentos extraordinarios compartidos en las redes.

Esta historia de amor comienza en el país más austral de la tierra y en la región más austral de esa nación. Se trata del Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia de Chile, el punto más remoto al que llegó una pareja de senderistas para la sesión de fotos de su boda.

Es un paraje majestuoso al que los acompañó la fotógrafa Andrea Enger, especialista en guiar a enamorados a “fugas de aventura” para intercambiar votos en parajes impresionantes.

El resultado de esta sesión de fotos en “el fin del mundo” fue un video viral, unas imágenes inolvidables y un recordatorio de que la Tierra es un lugar único que todos debemos cuidar.

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Otra conmovedora historia de amor

Hace algunos días se conoció la historia de Camila Acevedo Pérez y Felipe Correa, una pareja con síndrome de Down que lleva más de un año de relación y ahora tiene un solo anhelo: casarse para consolidar su amor y formar la familia con la que sueñan. Únicamente les hace falta algo, el dinero para los preparativos del matrimonio.

Viven en Medellín y quedaron flechados a primera vista mientras se encontraban en las citas de atención a la discapacidad.

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Felipe tiene 50 años y Camila, 26. Para sus familias, el amor de esta pareja con síndrome de Down es verdadero y puro, pues desde que están juntos cambiaron positivamente.

Antonio Cano, padrastro de Felipe, afirma que ahora ve a su hijastro más “feliz, con interés por seguir viviendo, apegado a la vida, romántico, no ve la hora de llegar a la institución donde estudian, ayuda mucho en su formación, es más maduro”.

Asegura que aunque la pareja con síndrome de Down tiene limitación para hablar, ambos “se entienden porque habla es el corazón”.

Camila ya tiene un anillo y hace la forma de un corazón con sus manos para expresar la felicidad que siente de estar junto a Felipe, quien con seguridad expresa que la ama y que una de las cosas que más le gusta de ella es que baila muy bien la salsa.

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Esta pareja con síndrome de Down se escribe cartas de amor, ha buscado trabajo y ahora sueña con llegar al altar. Como no tienen el dinero, han hecho rifas, han preparado comidas para vender y saben que en algún momento las cosas se darán.

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