De tanto vagar sin rumbo se ganó su nombre. Es Vaguito, el perro solitario al que el mar le arrebató su tesoro más preciado. Todos los días, se planta durante horas en una
Será por eso que, ante tanta lealtad, sus pobladores han decidido adoptar a Vaguito, un alma libre, pero triste, que le pone el pecho a la brisa. A ver si algún día se puede reunir con su compañero, pero eso será en otra vida.