El trastorno obsesivo compulsivo (TOC), es uno de los problemas de comportamiento más estudiados en la medicina veterinaria de pequeñas especies.
Los animales de compañía, al igual que las personas, pueden sufrir de TOC. Pese a que esta información suele generar sorpresa, es más común de lo que se cree.
“Es una condición que sufren tanto los gatos como nuestros perros. Es cierto que está muchísimo más descrita en perros que en gatos, pero eso no quiere decir que los gatos no la padezcan. El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por emancipación de ciertas conductas de forma obsesiva que pueden afectar la salud, tanto emocional como física, de nuestros animales de compañía”, resaltó Fernando Charry, médico veterinario y etólogo.
En humanos afectados por estos trastornos, los síntomas se pueden ver reflejados en conductas como lavarse las manos varias veces por miedo a contagiarse de algún virus, o comprobar de forma insistente si se ha dejado el grifo abierto, la luz encendida o la puerta cerrada con llave.
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En los animales, las actitudes que más se reportan, según Fernando Charry son: “cuando el animalito se persigue la cola, lo que para nosotros puede resultar en juego no está bien, lo mejor es parar ese tipo de conductas”.
Asimismo, el etólogo agregó que “los lamidos excesivos que vemos a nuestros animalitos también hacen parte de los comportamientos que indican un trastorno obsesivo compulsivo, por lo que es ideal comunicarlo a nuestro médico veterinario para que le den una solución oportuna este problema”.
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Estar ansiosos pensando solo en ir al parque para jugar con la pelota o lamer sin parar su juguete favorito y su propia piel, también son comportamientos que pueden catalogarse como TOC.
¿Por qué ocurre un TOC?
“Por eventos traumáticos que afecten el estado emocional de nuestros animales, como estrés precoz o cuando separamos pronto los animales de su mamá y hermanos. También eventos que le hayan generado demasiado estrés a nuestro animal llegan a tener una carga genética que puede verse exacerbada por eso”, agregó el médico veterinario.
Si usted evidencia estos comportamientos repetitivos en su amigo peludo y no sabe si se trata o no de un TOC, lo mejor que puede hacer es comunicarse con su médico veterinario de confianza.
“Lo esencial es que el profesional evalúe de manera inicial a nuestro animalito de compañía y realmente, si este necesita una interconsulta con especialista, bien sea con dermatólogo, neurólogo o etólogo, se comunique para darle solución al caso”, concluyó Fernando Echeverry.
Para que usted pueda contribuir a evitar la aparición de un TOC en su mascota es clave que el animal tenga rutinas de juego, paseos que lo hagan gastar energía, entrenamiento, educación, buena alimentación e higiene.
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