Son 13 mil metros cuadrados en los que hoy, cinco años después de la tragedia, imperan la maleza, los grafitis y las estructuras destruidas.
Las 31 familias afectadas están en el limbo, pues no reciben un peso por estos daños.
La Superintendencia de Sociedades liquidó a CDO, la constructora encargada de levantar la obra y la responsable del colapso de la torre seis y de que se tuvieran que derribar las otras cinco. La firma aún debe dinero a la Alcaldía de Medellín por la demolición del edificio y la recolección de los escombros.
Alejandro Rivas, una de las víctimas, aseguró que “uno todos los días va perdiendo la esperanza. Este es un país sin mi memoria y esto se vuelve una lucha personal”.
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Este viernes se conmemoran cinco años de la tragedia en la que murieron 12 personas y decenas quedaron con las manos vacías.