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La dramática historia de un turista paisa preso por secuestro y asesinato en Perú

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Foto: Gustavo Adolfo Cárdenas logró enviarles a sus familiares imágenes como esta, por su aventura hacia la selva amazónica peruana. Cortesía
El pasado sábado la Policía Nacional del Perú (PNP) informó a los medios de comunicación de ese país que habían capturado a ocho personas señaladas de participar en un doble crimen sucedido en la ciudad de Yurimaguas, en la selva amazónica.
“Ocho personas ya fueron detenidas, entre ellas dos colombianos y la administradora de las ferreterías de propiedad de los fallecidos”, comunicó la PNP.
 Uno de los colombianos es Darío Sopla Guevara, un hombre de 28 años identificado por las autoridades como ‘el perro’, quien habría reconocido que participó en el secuestro, asesinato y ocultamiento en una fosa de los cadáveres de los ingenieros Geny Bardales Abad de 43 años y de Carlos Miguel Arévalo Vásquez de 44.
El otro es Gustavo Adolfo Cárdenas. Sus familiares dicen que es víctima de un ‘falso positivo’ de las autoridades incas.
“Están equivocados. Cuando todo sucedió él iba montado en un planchón en medio de un río”, le dijo a Noticias Caracol la abogada Katherine Jiménez Granados, sobrina de Gustavo Adolfo.
Según relata Jiménez, Gustavo Adolfo, que tiene 57 años, llegó a Perú por el deseo de conocer el Amazonas de ese país, el cual ya había visitado en mayo.
“Él salió de Medellín el 8 de septiembre. Llegó a Leticia y desde ahí se embarcó. En  Yurimaguas estuvo el 20 de septiembre y en la mañana del 21 lo detuvieron en el hotel. Físicamente es imposible que hubiera podido participar en el crimen”, explicó la abogada.
El temor de la familia de Gustavo Adolfo, que según dicen se gana la vida haciendo domicilios en Virginia (Estados Unidos), es que el proceso avance y ponga en riesgo su libertad y su salud.
“Él dice que va a hacer una huelga de hambre. Este viernes (30 de septiembre) se cumple el plazo para que su abogado apele la medida de detención. Si el proceso sigue y lo condenan injustamente, podrían darle cadena perpetua”, denunció Jiménez Cárdenas.
Para evitar eso, esta familia del barrio La Magnolia, en Envigado, contactó a la Cancillería colombiana y a las autoridades del Departamento de Estado de los Estados Unidos, para que les ayuden a resolver su caso.

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