Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

La historia del vigilante señalado de asesinar a su ex y enterrar vivo a su hijo

050716_jesus_adolfo_mazo_areiza.jpg

Foto: Jesús Adolfo Mazo Areiza, de 46 años, fue enviado a prisión por el delito de homicidio agravado. Cortesía

La tarde del martes 21 de junio de 2011 un macabro hallazgo dejó aterrados a los vecinos del barrio Santa Rita, en el oriente de Bello (Antioquia).

Contrario a lo que los habitantes del sector pensaban, Alexandra María Silva Vélez, de 29 años, y su hijo, de 9, no estaban de paseo.

Ambos habían desaparecido tres días antes, la noche del sábado 18, y las correrías del menor en las calles del barrio ya eran extrañadas.

Publicidad

Por eso, los vecinos alertaron a las autoridades de que algo fuera de lo común sucedía; ellos no solo sospechaban de las ausencias de la joven madre y su pequeño, también de los sorpresivos movimientos y golpeteos que escucharon a altas horas de la noche del sábado y entrada la madrugada del domingo en la casa donde ambos vivían.

El llamado fue atendido por funcionarios de la Sijín.

Publicidad

Lo primero que tuvieron que hacer fue buscar ayuda de los vecinos del lugar, para ingresar a la vivienda, pues la última persona en salir le puso candado a la puerta.

Una vez sorteado ese escollo, los investigadores husmearon en la sala, la cocina y las dos habitaciones del inmueble.

En la primera de ellas, la de Alexandra, los funcionarios judiciales encontraron restos de sangre que habían sido objeto de limpieza. La mujer había sido golpeada contra la pared y arrastrada hacia la otra habitación.

Allí, en presencia de su hijo, fue acuchillada.

Publicidad

Una vez Alexandra perdió la vida, el agresor atacó al menor de edad con la misma arma. Le propinó varias puñaladas y cuando creyó que lo había matado, comenzó a cavar una tumba.

Decidió hacerlo en el cuarto del pequeño, debajo de su cama.

Publicidad

En ese lugar abrió un hueco con varias herramientas.

Primero sepultó a Alexandra, luego puso varias sábanas y encima acostó boca abajo al niño.

Después les echó cemento, reunió las herramientas de trabajo que había usado y se marchó sin que nadie se percatara, sin que alguien sospechara de lo que acababa de ocurrir, sin que hubiera alguien que lograra salvar al pequeño que, a pesar de haber sido lesionado con un arma blanca, había sido enterrado con vida.

Pero cinco años después, las autoridades parecen tener claro quién es el sospechoso del doble crimen.

Publicidad

El jueves pasado detuvieron en el barrio Robledo Aures, en el noroccidente de Medellín, Jesús Adolfo Mazo Areiza, expareja de Alexandra y papá del niño asesinado.

La Fiscalía reunió testimonios de vecinos que dan cuenta de los malos tratos que el hombre daba a su excompañera sentimental cada vez que iba a visitarla. También obtuvo versiones que aseguran que Jesús Adolfo les habría manifestado a algunos habitantes de la zona realizar trabajos de construcción en la vivienda, pero él no residía allí.

Publicidad

Además, la Fiscalía trata de establecer si este hombre desapareció información del libro de minutas de la empresa en la que  laboraba, sobre los turnos que realizó para la época de los hechos, para utilizarlo como una coartada.

Por ahora, fue cobijado con medida de aseguramiento en un centro carcelario por el juzgado 28 Penal Municipal con Función de Control de Garantías, mientras es investigado por doble homicidio agravado.

  • Publicidad