En medio de la violencia y la represión policial a las protestas contra el racismo en Estados Unidos, se han producido acciones espontáneas de uniformados en diferentes partes del país.
En Houston, el jefe de la Policía decidió arrodillarse y abrazar al líder de la movilización. Le explicó que lo que le sucedió a George Floyd nunca debió pasar y que eso hoy les afecta a todos.
Algo similar ocurrió en Forth Worth, otra ciudad de Texas, donde un uniformado oró con los manifestantes, o en Indianápolis, cerca de la casa del gobernador, cuando decenas de ciudadanos terminaron estrechando la mano de los agentes y hasta marchando con ellos.
"Ni en un millón de años pensé que abrazaría a un policía, siento que nuestro mensaje fue escuchado por lo menos por unos cuantos", expresó Malik Muhammad.
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En Colorado, Las Vegas, Iowa y Boston los agentes demostraron a los manifestantes que el dolor es uno solo y que de todos depende una mejor sociedad.
“Quiero agradecer al departamento de Policía, demostraron fortaleza, y también quiero agradecerles por arrodillarse, significa mucho para nosotros sentir que les importa”, dijo Tito Jackson.
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En Florida, las muestras solidarias iniciaron con los jefes de las diferentes ciudades de Miami Dade, que oraron junto a los manifestantes, y siguieron en Boca Ratón y Sarasota, donde los oficiales se arrodillaron frente a los ciudadanos y terminaron fundidos en un abrazo.
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