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Ataque a ‘Los girasoles’, de Van Gogh: ¿por qué es un cuadro icónico?

La obra, que hace parte de una serie de siete, fue manchada con sopa por unas activistas en Londres. Estas flores tenían un significado especial para el artista neerlandés.

¿Por qué es icónico el cuadro Los Girasoles, de Van Gogh?
'Los girasoles', de Van Gogh, el cuadro atacado con sopa en Londres hace parte de una serie de siete. Dos de ellos están desaparecidos.
AFP

Activistas ecologistas arrojaron este viernes un bote de sopa de tomate a ‘Los girasoles’ de Van Gogh en la National Gallery de Londres, uno de los cuadros más famosos del genio neerlandés y que forma parte de una serie de siete obras -dos desaparecidas- desperdigadas por todo el mundo.

Vincent van Gogh pintó ‘Los Girasoles’ entre 1888 y 1889, durante su estancia en la ciudad de Arlés, al sur de Francia. La serie fue pintada con solo tres tonos de amarillo, señala la web del museo Van Gogh.

Las pinturas de girasoles tenían un significado especial para Van Gogh, porque comunicaban "gratitud", según escribió. Los dos primeros que hizo los colgó en la habitación de su amigo Paul Gauguin, que pasó con él una temporada pintando en la localidad francesa de Arlés.

Gauguin quedó impresionado por los girasoles, que pensó que eran "completamente Vincent".

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El cuadro atacado hoy es uno de los dos que la National Gallery de Londres exhibe desde finales de enero de 2014, la primera vez que dos lienzos de la famosa serie se mostraban juntos en 65 años. Uno de ellos pertenece al museo londinense y el otro al Museo Van Gogh de Amsterdam.

Los otros cuadros de la serie se hallan en los museos de Tokio, Múnich, Filadelfia y otras dos piezas han desaparecido.

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‘Los girasoles’ son una de las obras más conocidas del pintor y también una de las más caras. El 30 de marzo de 1987, uno de los Girasoles, logró el récord en una subasta en Londres, con un precio de 22 millones de libras (24,59 millones de dólares). El comprador fue un coleccionista japonés, que lo depositó en el Sompo Japan Museu of Art de Tokio.

Los dos cuadros expuestos en la National Gallery muestran una serie muy parecida pero que encierra también diferencias.

El holandés empleó pinturas "muy similares" en ambos cuadros: su paleta de colores estaba dominada por un amarillo mate vibrante, dos gamas de verde y un azul intenso ultramarino, pero en el ejemplar de Amsterdam aparecen además un azul pálido, el llamado azul de Prusia, y un rojo intenso.

"El de Amsterdam es cinco meses posterior; Van Gogh pinta el mismo motivo pero lo reinterpreta, lo hace más decorativo, más exagerado y utiliza más color", explicó el comisario del museo londinense, Christopher Riopelle, con motivo de su apertura al público en 2014.

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Tras pintar las obras y pasar el otoño pintando junto a su amigo Gauguin, Van Gogh empeoró poco a poco, sufrió un ataque de nervios, se cortó una oreja y fue internado en un asilo. Enfermo de una fuerte depresión, el holandés se suicidó de un disparo en el pecho en 1890.

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