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El sujeto, de 36 años, discutió con la tendera de un kiosco en Argentina porque no accedía a darle la bebida sin pagar. Sacó la pistola y en un inexplicable hecho se dio un balazo en la mano derecha, lo que generó alerta en el recinto.
La mujer aprovechó el accidente para reducirlo, con ayuda de un familiar, y así evitar que, en su estado, volviera a activar el arma. Llamó a la Policía y dejó que los uniformados se hicieran cargo del violento borracho, reportó
El sujeto, además del doloroso proceso para recuperarse del disparo que él mismo se propinó, deberá responder por cargos de "amenazas calificadas, tenencia ilegal de arma de fuego y lesiones".