Luis Lens y César Gimeno, cuñados aficionados al buceo, hallaron un tesoro de 53 monedas de oro en la bahía de Portitxol, España. Expertos que inspeccionaron los metales aseguraron que fueron forjados entre los siglos IV y V. Además, que los romanos los escondieron de los bárbaros.
En sus vacaciones, los cuñados pasan horas nadando entre los corales, limpiando la basura y encontrando una que otra pequeña reliquia, como objetos que pierden los turistas.
En una ocasión, mientras nadaban vieron el destello de un pequeño metal en el fondo. Pensaron que era una moneda de 10 centavos y la ignoraron, pero una corazonada los hizo acercarse al metal.
Según El País, uno de los hombres tomó la moneda y observó “una imagen antigua, como una cara griega o romana”. Cuando volvió al barco la limpió y notó que se trataba de un tesoro.
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Volvieron al fondo del mar y encontraron 8 monedas.
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Luis Lens manifestó que luego de una reunión familiar decidieron reportar los metales ante las autoridades: “Les llevamos las monedas que habíamos encontrado en un frasco de cristal con un poco de agua de mar”.
Tras recibir la ayuda de expertos de la Universidad de Alicante y de la Guardia Civil, hallaron 53 monedas, tres clavos de bronce y restos de plomo de un cofre.
“Es algo increíble, el sueño de todos los niños es encontrar un tesoro”, agregó Lens.
Según Jaime Molina, profesor de la Universidad de Alicante y responsable de la extracción de los metales, “los conjuntos de monedas de oro no son habituales. En esa bahía recalaban los barcos procedentes de la Bética antes de partir a Beleares camino a Roma”.
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El equipo de expertos logró identificar y relacionar las monedas de oro con los emperadores romanos Valentiniano I, Valentiniano II, Teodosio, Arcadio y Honorio.
“No hay restos de barcos hundidos en la zona donde se encontraron, por lo que probablemente se trata de una ocultación voluntaria ante la llegada de los bárbaros”, recalcó el especialista.
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Jaime Molina indica que las monedas pudieron pertenecer a un terrateniente que las reunió, las puso en un cofre y las dejó en el fondo del mar. El especialista cree que esa persona falleció, pues nunca regresó por el tesoro.
“El comercio se apaga y las fuentes de riqueza pasan a ser la agricultura y la ganadería. Ante el avance de los bárbaros decide reunir las monedas de oro, que no circulaban, sino que se acumulaban para fijar la riqueza de una familia en un cofre y con la ayuda de un bote, lo hunde en la bahía”, agregó.
Luego de un estudio, conocedores del tema presumen que los metales se acuñaron entre los años 360 y 409. Se espera que las monedas sean exhibidas en el Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco de Xàbia.
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Autoridades destinaron más de 17 mil euros para explorar la zona del hallazgo.
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