Las celebraciones de Navidad en el mundo se vieron opacadas por el gran número de contagios de COVID-19. La frustración reinó en varios aeropuertos ante la cancelación de más de 5.000 vuelos, mientras que las medidas restrictivas en varias ciudades afectaron los festejos.
Varias aerolíneas se vieron obligadas a tomar la medida luego de registrarse contagios con COVID-19 en el personal de tierra y de aire. Las cuarentenas y los aislamientos perjudicaron los planes navideños de muchos.
Un ejemplo claro es en Reino Unido, donde la propagación de la variante ómicron hizo que la reina Isabel II y su familia rompieran con la tradición al celebrar la nochebuena en el castillo de Windsor y no en su finca de campo de Sandringham.
La monarca, quien también canceló la cena familiar, rindió tributo asu difunto esposo, el príncipe Felipe, en el mensaje de Navidad que dio a la nación.
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"La Navidad puede ser difícil para aquellos que han perdido a sus seres queridos. Este año, especialmente, entiendo por qué. Pero en los meses desde la muerte de mi amado Felipe he recibido consuelo en los numerosos homenajes a su vida y obra", expresó la monarca.
En la capital del país, decenas de personas atendieron el llamado del ministro de Salud británico a hacer de las dosis de refuerzo contra el virus parte de la celebración navideña.
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Por otro lado, en Países Bajos, donde los residentes están bajo estricto confinamiento hasta el 14 de enero, las celebraciones fueron limitadas.
"Para mí fue muy triste, porque queríamos celebrar con la familia, pero por las reglas festejamos solo los dos”, sostuvo Hanna, habitante de la ciudad de La Haya.
Es el segundo año en el que la Navidad en el mundo se ve ensombrecida por el COVID-19. El virus no da tregua en países como Reino Unido, Australia y Francia, que en las últimas 24 horas registraron cifras récord de nuevos contagios.
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