Leopoldo López burló una vez más la fuerte custodia del servicio de inteligencia de Nicolás Maduro, que aún se mantiene vigilando la embajada de España en Caracas, de donde el líder opositor habría salido el pasado viernes.
La ruta por la que salió de Venezuela aún es incierta. Fuentes políticas prefieren no revelarla para no comprometer los caminos que sirven de escape, tras la persecución del régimen contra múltiples dirigentes opositores.
Sin embargo, son varias las versiones que han circulado. Una de ellas, que fue por la vía marítima hacia el Caribe, versión que informada a Noticias Caracol por su padre el eurodiputado Leopoldo López Gil.
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“Se fugó de Venezuela, no podemos dar más detalles porque compromete la operación y no queremos dar más nada”, dijo.
Al ser cuestionado sobre si su hijo había salido por la frontera o estaba en Aruba, solo señaló: “por las islas”.
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La agencia AP publicó que dos fuentes políticas confirmaron que su salida fue por la isla de Aruba. Pero, otra versión indica que llegó a Colombia por trochas y tomó un vuelo privado a Bogotá, desde donde viajó hasta Madrid, haciendo escala en Miami.
Tras conocerse el sábado la fuga de López, el gobierno de Maduro detuvo a 4 personas: Nubia Campos, que llevaba alimentos para López a la Embajada; el vigilante privado de la Embajada de España, José Jerjes: y dos escoltas privados de la familia López.
También allanaron las habitaciones de un reconocido hotel del este de Caracas, que es la residencia de trabajadores de la embajada de España.
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Por su parte, el presidente de la Constituyente, Diosdado Cabello, acusó a la embajada de España de colaborar con la salida de López.
“Te garantizo que, al ser huésped, el embajador de España lo acompañó hasta la puerta o hasta el carro que se lo llevó. La forma le facilitó. No es verdad que huyó”, afirmó Cabello.
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El embajador de España Jesús Silva, que acogió a López como huésped, fue relevado de su cargo hace 3 semanas por su gobierno.
López entró a esa embajada el 30 de abril de 2019, tras escapar de su arresto domiciliario para encabezar un fallido alzamiento cívico militar contra el régimen de Maduro.
Pasó 3 años y medio preso en una cárcel militar, dos años en arresto domiciliario y fue sentenciado a 13 años y 9 meses de prisión, acusado de múltiples delitos por protagonizar protestas, en un largo juicio que el mismo fiscal del caso, Franklin Nieves, calificó como una farsa, tras salir de Venezuela.
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