Un hombre de unos 30 años en
La nevera con su espeluznante contenido (dos brazos y dos piernas) fue encontrada el martes 25 flotando en un canal en las afueras de la ciudad de Lieja, lo que desencadenó una investigación por asesinato. Eso llevó a los detectives a descubrir el resto del cuerpo de la mujer, la cabeza y el torso, en un contenedor de basura arrojado a un río cercano.
Un tatuaje en el torso ayudó a identificar a la víctima como una mujer de unos 70 años, dijo a la AFP una portavoz de la fiscalía de Lieja.
El hombre que confesó que mató a su madre, nacido en 1988, fue detenido poco antes del amanecer del jueves en un hotel cercano al aeropuerto de Bruselas. Al parecer, se estaba preparando para tomar un vuelo a Corea del Sur, desveló la portavoz Catherine Collignon.
Al ser interrogado por la policía, el sujeto "confesó", agregó, y el juez de instrucción ordenó que lo acusaran y lo detuvieran.
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Los primeros indicios de la investigación sugieren que la madre y su victimario tenían discusiones regulares después de que él se mudó con ella, tras la pandemia de COVID-19.
Se dijo que el asesinato ocurrió en Seraing, un barrio al suroeste de Lieja, donde la mujer vivía con sus dos hijos y un nieto, según los medios locales.
También se dio a conocer que el hombre que confesó que mató a su madre le habló del crimen a alguien de su entorno, quien compartió la información con otra persona, la cual se contactó con la policía.