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Contador de Auschwitz admitió su “complicidad moral” en maquinaria nazi

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El juicio contra el llamado contable de Auschwitz, Oskar Gröning, arrancó con la confesión del procesado, quien 70 años después del fin del nazismo se reconoció "cómplice moral" de los asesinatos del campo de exterminio nazi, donde murieron 300.000 judíos. "Para mí está fuera de toda duda que soy moralmente cómplice", afirmó Gröning, quien se personó ante la Audiencia de Lüneburg auxiliado a sus 93 años por un andador, pero con la cabeza lúcida y la memoria viva, también en lo que respecta a la brutalidad con que operó la maquinaria de la muerte nazi.

Lejos de pretender haber "desconocido" lo que ocurría en ese campo o de argumentar que cumplió órdenes, el procesado pidió perdón al grupo de supervivientes o familiares de las víctimas presentes en la corte, en representación de las acusaciones particulares, para declararse luego a disposición de la Justicia. Fue una declaración que no obvió los detalles sobre el funcionamiento y objetivos de Auschwitz y que se prolongó durante algo menos de una hora, en un proceso que se considera exponente de la justicia tardía, como habían lamentado los representantes de las víctimas en la víspera de su apertura.

El proceso contra Gröning estuvo precedido por los reproches a la lentitud de la justicia por parte de familiares de las víctimas y el grupo de supervivientes, procedentes algunos de Israel, Estados Unidos y Hungría. La confesión inicial del acusado desmanteló ciertas teorías negacionistas del Holocausto y respaldó también la labor de fiscales de todo el país que siguen instruyendo sumarios contra ex nazis nonagenarios, bajo la premisa de que el asesinato no expira.

Los supervivientes desplazados a Lüneburg insistieron en que su propósito no es buscar venganza, ni siquiera ver a esos antiguos verdugos entre rejas -Demjanjuk murió unos meses después de escuchar sentencia en un asilo de ancianos-, sino luchar contra la impunidad. Si el juicio contra el exguarda voluntario ucraniano estuvo marcado por las acusaciones de la defensa -que lo tachaba de tortura para un anciano en silla de ruedas- el de Gröning parece destinado a aportar testimonios sobre la realidad de Auschwitz frente al negacionismo. La audiencia de Lüneburg ha previsto 27 vistas más, hasta el 27 de julio, en las que Gröning se verá confrontado con las declaraciones de los testigos.

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