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Cruce de acusaciones en debate de fórmulas vicepresidenciales en EE.UU

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Los compañeros de fórmula presidencial de Hillary Clinton y Donald Trump, respectivamente Tim Kaine y Mike Pence, se trabaron este martes en un feroz debate en televisión en el que tuvieron que defender sus virtudes y argumentos para aspirar a la Casa Blanca.
Los dos candidatos a vicepresidente protagonizaron así el único debate directo en esta campaña para las elecciones del 8 de noviembre. Clinton y Trump ya realizaron un debate, hace una semana, y tiene otros dos en agenda antes de la contienda electoral.
Este martes, el demócrata Kaine y el republicano Pence básicamente repitieron de forma constante los argumentos de sus candidatos presidenciales en la campaña, y utilizaron el debate para insistir en los temas que Clinton y Trump abordan en sus discursos y actos públicos.
Así, Kaine martilló todo el debate con la negativa de Trump de divulgar sus declaraciones de impuestos, al tiempo que Pence reiteró que Clinton se propone elevar los impuestos y que fue una secretaria de Estado ineficiente.
Las relaciones de Trump con el líder ruso Vladimir Putin y los cuestionamientos a la transparencia de la Fundación Clinton también fueron temas permanentemente citados por los dos candidatos a vicepresidente durante todo la discusión.
Discusión agresiva
Kaine y Pence arrancaron el debate tratando de explicar por qué están listos para ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos, pero en apenas minutos el debate se convirtió en un festival de interrupciones para defender a los candidatos principales.
Kaine, un senador y exgobernador del estado de Virginia, narró su experiencia en la vida pública y dijo estar listo para apoyar a Clinton, a quien definió como una candidata "más que confiable y altamente calificada" para conducir los destinos del país.
De acuerdo con Kaine, la idea de "Trump como comandante en jefe nos asusta terriblemente", y añadió que no lograba entender cómo Pence podía "defender el estilo egoísta y ofensivo de Trump".
Con ello, Kaine buscó obligar a Pence a presentarse como la voz defensora de Trump y así quitarle la iniciativa en las discusiones.
Por su parte, Pence, un político experimentado gobernador del estado de Indiana, respondió que es la campaña de Clinton la que usa insultos cotidianamente, en referencia a las críticas constantes de los demócratas a la candidatura del polémico millonario.
Repitiendo un tema que Trump menciona regularmente en sus discursos, Pence recordó que "enormes porciones del mundo, en particular en el Medio Oriente, están fuera de control" y que la situación que se verifica actualmente en Siria "es resultado de la débil política externa que Hillary Clinton ayudó a conducir" como secretaria de Estado.
Los dos también se trabaron en una feroz discusión sobre Rusia, ya que Kaine insistió reiteradamente en que Trump siempre reservó elogios a Putin y que el propio Pence se refirió a él como un "líder".
"Putin es un dictador, no un líder. Un integrante de una fórmula presidencial debería saber la diferencia", disparó. En tanto, Pence criticó los bombardeos "bárbaros" realizados por Rusia en Siria, y comentó que "el sistema político estadounidense es mejor que el corrupto sistema ruso".
Kaine y Pence ante los ojos del electorado
Los dos aspirantes a vicepresidente apenas apaciguaron los ánimos cuando narraron la influencia de la religión en sus vidas. Kaine es un católico, al tiempo que Pence fue criado como católico aunque ya siendo adulto se tornó evangélico.
El debate sirvió también para sacar de las sombras a Kaine y Pence, dos políticos con respetables trayectorias pero que están lejos de poder ser considerados personalidades de relieve nacional.
Si Trump es ácido y agresivo en sus declaraciones, Pence es la antítesis: tradicionalmente modesto y profundamente religioso, usa una retórica extremadamente respetuosa y en ningún momento del debate elevó la voz o mostró nerviosismo.
En contrapartida, Kaine mostró en el debate una agresividad pocas veces vista en su trayectoria política, y constantemente presionó a Pence con críticas a la conducta pública de Trump.
Trump, dijo Kaine, "no puede siquiera empezar una guerra en Twitter con una reina de belleza sin dispararse un tiro en el pié".
Clinton y Trump realizarán el domingo el segundo debate de esta campaña. A diferencia del primer encuentro, este segundo debate será realizado ante una audiencia que podrá formular preguntas.

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