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“En nuestro país se debe a una necesidad económica imperiosa y esto va en desmedro de la continua actualización académica, que es una obligación en nuestro medio”, expresa al inicio del comunicado.
Asimismo, el profesional de la salud resalta que la “solidaridad que envalentonaba a la profesión ha quedado reducida a cenizas”.
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Por lo que, bajo su percepción, el querer ser médico en el mencionado país se transformó en una idea ridícula, perseguida por gente poco asesorada.
También, menciona cómo el gremio médico se vio poco apoyado durante el periodo de la pandemia del COVID-19 y a su vez recalcó la poca empatía de algunos pacientes.
“Salvo contados casos, los pacientes se transforman en clientes, ya que el trato es como a cualquier servicio al consumidor. No hay respeto, no hay paciencia, no hay educación. Hasta parece que nadie haya sido formado en valores”, agregó.
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Con esto, Gonzalo Mesones empezó a cuestionarse si realmente valía la pena seguir ejerciendo la profesión.
“Aquí cabe preguntarse ¿por qué uno lo hace? ¿Cuál era el objetivo? ¿La vocación de servicio debe ser a costa de la vida personal o familiar? Hoy no vale la pena, no para mí, no para muchos otros que tienen misma sintonía de pensamiento, pero aún no han podido dar el paso al costado”, concluyó.
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