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El bolívar, la moneda de Venezuela, amaneció con seis ceros menos: “Es un canibalismo”

Es la tercera reconversión monetaria en 13 años. Desde 2008 se han eliminado 14 ceros. El Gobierno dice que es para facilitar las transacciones, pero para los ciudadanos todo es caos.

Bolívar, moneda de Venezuela

El bolívar, la moneda de Venezuela, un país sumido en la hiperinflación, tiene ahora seis ceros menos. Acompañando la medida, sale a la calle un nuevo cono monetario: una moneda de un bolívar y billetes de 5, 10, 20, 50 y 100. La máxima denominación equivaldrá a unos 24 dólares según las tasas del Banco Central (BCV).

Muchos comercios habían adoptado la nueva expresión monetaria en la mañana del viernes primero de octubre. Cafeterías ya daban los precios en nuevos bolívares. Un estacionamiento en el acomodado barrio de Chacao, no obstante, advertía a los usuarios que no estaba aceptando pagos en moneda nacional.

"Hice compras esta mañana sin problemas", explicó Josefina Galindo, empleada doméstica. "Los nuevos precios estaban arriba de los viejos y con el precio en dólares", moneda preferida para cualquier transacción en medio de la erosión del bolívar local.

Para la venezolana Gladys Cartaya, la reconversión del bolívar “es horrible, es un canibalismo que tenemos también aquí porque de verdad no se justifica que el dólar suba y la gente suba los precios de esa manera”.

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El mayor billete de la vieja familia, de 1 millón, apenas representa 25 centavos de dólar y ni siquiera alcanza para comprar un caramelo en Venezuela. Seguirá en circulación junto a los nuevos por unos meses.

La situación refleja "la poca capacidad que han tenido los actores económicos en Venezuela para controlar la hiperinflación", un fenómeno que "ha empobrecido mucho a la población", comentó Luis Arturo Bárcenas, economista de la firma Ecoanalítica.

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Antes de la reforma, anunciada en agosto por el Banco Central, se necesitaban 7 millones de bolívares para comprar una barra de pan en Venezuela, que fue considerada una de las naciones más ricas de Sudamérica gracias a su petróleo, y que ha visto caer su PIB un 80% desde 2013, principalmente por la baja de su producción de crudo y de los precios del oro negro, pero también por la mala gestión y la crisis política.

Ahora, tres de cada cuatro hogares venezolanos viven en pobreza extrema, con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades alimenticias, según los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, coordinada por una de las principales universidades del país, la Universidad Católica Andrés Bello, divulgados el miércoles.

"En todas partes hay billetes"

Los bancos estuvieron fuera de servicio en la noche para finalizar el proceso de adaptación a la nueva expresión monetaria, que busca facilitar las transacciones, hacer las cifras más manejables, sobre todo a nivel contable.

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"Nuestros equipos van a funcionar de manera más fácil, más rápida, el proceso de transacciones va a ser más económico, más eficiente", explicó José Grasso Vecchio, economista y presidente de Banesco, el mayor banco privado de Venezuela.

"La nueva expresión monetaria no es milagro económico, es una solución a un problema (...) facilita las cosas", añadió Grasso, que indicó que el banco recibió "con una gran antelación" nuevos billetes.

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"Los pudimos distribuir por todas nuestras agencias a nivel nacional. En todas nuestras agencias en todas partes hay billetes", dijo.

La primera reforma del bolívar fue puesta en marcha por el fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), quien le quitó tres ceros a la moneda. Su sucesor, Nicolás Maduro, emprendió una nueva reforma en 2018, con cinco ceros menos, y ahora saca de la ecuación seis ceros, tres años después.

La inflación, proyectada en 1.600% en 2021 por la firma Ecoanalítica, ha sido destructiva combinada con gigantescas devaluaciones. Una constante depreciación, de 73,34% solo este año, ha vaciado de valor al bolívar.

Todo ello derivó en una dolarización informal, pues los venezolanos tratan de proteger sus ingresos usando moneda extranjera, lo que Maduro ha tildado de "válvula de escape" en un país que lleva ocho años de recesión.

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El proceso de reconversión generó nerviosismo en el mercado de cambio negro surgido de un control de cambio vigente desde 2013. El dólar se disparó a un promedio de 5,20 bolívares en el mercado paralelo, mientras que en el Banco Central se mantenía estable a 4,10.

El gobierno de Maduro ha llamado a la calma. El bolívar "no va a valer más, no va a valer menos, es solamente una escala monetaria que estamos aplicando, suprimiendo seis ceros para facilitar las transacciones", dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez el lunes.

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Las reconversiones fueron habituales en Latinoamérica, en especial en los tiempos de hiperinflación en países como Argentina, Brasil o Perú en las décadas de 1980 y 1990.

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